Un bebé de dos meses se despierta a las tres de la madrugada y empieza a llorar.

Imaginemos que viene su mamá y que durante la media hora que sigue, el bebé se alimenta

felizmente en sus brazos, mientras que ya lo mira con efecto, no?

a lo a caricia, le muestra lo contenta que está de verlo, aún en el medio de la noche

y aunque se tuvo que despertar para eso. Entonces después el bebé después de comer satisfecho

con el amor de su mamá se vuelve a dormir tranquilamente.

Supongo más ahora que otro bebé, también de dos meses, se despierta llorando a la mitad

de la noche. Pero ¿quién es ese caso? Viene a buscarle una mamá enojada, muy enojada,

está irritada. Una mamá que se acaba de dormir, después de tener una pelea

fuerte con su marido. La mamá lo agarrara bruscamente y le dice callate, no puedo perder el tiempo

como vos, terminemos cuanto antes, dale. El bebé se tensa. Luego, mientras estaba mamando,

su mamá lo mire con indiferencia, ¿no? Como casi siempre, estarle la menor atención. Y a medida que recuerda la pelea que acaba de tener con su esposo se va como inquietando cada vez más.

El bebé siente, esta atención inevitablemente.

Entonces, se contrai y deja de mamar.

Bueno, al final, eso era todo lo que querías.

Pasta, se acabó, dice la mamá, con mucha brusquedad, no?

Ahí lo deposita nuevamente en su cuna, donde estaba y se va, se aleja.

El bebé queda llorando, hasta que finalmente, exausto como está, se termina durmiendo.

Estas son dos escenas muy diferentes de dos tipos de interacción que si se repiten una y otra vez terminan mostrándole

al bebe o enseñándole sentimientos muy diferentes sobre sí mismo y sobre todas las personas que le rodean.

Acá está la gran diferencia entre el apego seguro y el enseguro. En el caso del primer bebe,

este aprende que las personas perciben sus necesidades, que les tienen en cuenta y que incluso pueden ayudarlo a satifacerlas.

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