Muy buenos noches a la mejor comunidad de todo internet, gracias por dejarnos llegar

hasta sus dispositivos de nueva cuenta con un tema que nos han pedido mucho, del que nos

comparten pocas historias, eso sí, tenemos que ser completamente honestos, pero uja

en la que con este episodio nos lleguen muchas más. Las historias de hoy tienen que ver

con el mar, específicamente con pescadores, y es que aunque parezca que no, en realidad,

es ser un lugar muy atrador, más allá de todo lo que esconde en su inmensidad, en sus

profundidades, en las noches tan oscuras. ¿Quién nos dice que no esconde también algo

sobrenatural? Así que ya lo sabes si tú o alguien que conoces ha trabajado en el mar o

simplemente han vivido una experiencia extraña inexplicable para normal en él, por favor,

no sudes en compartirla. Suscríbete a este espacio antes de continuar, apaga la luz,

y déjate llevar, ya estás escuchando, relatos, de la noche.

Mi abuelo sigue saliendo pescar, aunque hace mucho que en él ni la gente del pueblo

lo hace, al menos no para vivir de eso como antes, ya solo van a pescar de vez en

cuando para recordar esa vida de antes, esa vida tranquila, cuando las cosas estaban

mejor, cuando vivían de hacer esa actividad que tanto aman, él es de un pueblito de

Yucatán, y hace poco se fue a trabajar como muchos allí al tren Maya, las oportunidades

cada vez son menos, y esto sucedió en una de esas últimas veces en que lo he podido visitar.

Yo tenía muchas ganas de ir a pescar con él, como esas veces cuando era niño, cuando

me llegué a subir a vueltas cortitas que hacía él con mi papá, eso siempre lo sumió,

y es que mi papá fue el primer hijo de la familia que decidió no vivir de la pesca, el

primer era la familia de este que me abuelo tiene memoria, el papá es su tatar abuelo

ya era pescador, pero mi papá se fue para Mérida, y a una cica de que visitaba

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