Hola, buenos días. Gracias por. Hoy quiero decirte muchas cosas. Aunque sé

que todas mis palabras no bastarían para llenar todo lo que tú has dejado escrito en

mi vida. No con palabras, sino con acciones, enseñándome que el amor y la familia son lo más importante.

Gracias por entretener mis días, por llenarlos de magia con cada historia, anécd, o leyenda que trae se escrita en el corazón.

Siempre llevo conmigo cada momento en el que metegías de abrazos cálidos en los momentos

que más frío y miedo estaba sintiendo.

Mi olor favorito, no encontré siempre al entrar a tu casa, donde se notaba que ya se llevaba horas cocinando

nuestra bienvenida. Más que un olor, se siente tu esencia. Una esencia de paz, única

que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Me encanta tomar tu mano, porque me da seguridad conocerla tanto, saber exactamente la cantidad

de pecas que hay en ella.

Aunque honestamente, me da un poquito de miedo a encontrar cada vez más arruquitas y sentir que sigue pasando el tiempo.

Aún no entiendo tu manera de ver el mundo,

sé tu historia, lo dura que ha sido

y por más que platico contigo,

me cuesta creer el ser tan amoroso y pacífico en el que te has convertido.

Me cuentas los errores que cometiste y me das esperanza al saber que siempre hay tiempo para encontrar

mi mejor versión.

Recuerdo siempre encontrarte con la mirada asomada por la ventana, viendo al horizonte, al cielo

y a las montañas.

Pero seguramente solo andabas reviviendo alguna de las historias que me compartías a la

hora de la comida.

Todo lo que soy, seguramente viene de ti, porque cada vez encuentro más cosas tuyas en mí.

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