¿Perdón o venganza? ¿Quién es la persona que te disparó en el alma y tiró a Jalón

esta bondad? ¿Quién mordió a tu mano y yo soto espalda como tapete? Usó tu tiempo

y tu corazón como un motel de cuarta. Te robó un beso pero también los sueños. De

fradotos esperanzas y te encadenó a su recuerdo, se llevó tus ideas y aparte seguíso

millonario con ella, es el cosa y tú zufres. Y bueno, ¿qué le vamos a hacer? ¿Qué vas a

hacer? ¿Qué quieres hacer? La única manera de retirar la bala es el perdón o la venganza.

La venganza es dulce pero solamente para el alma enferma y por favor no te nojes con

mis palabras porque la verdad duela pero libera. La venganza está en amarga como un

sorbo de Vilis. La venganza es calor y llamas a fuego lento. Es un juego de represalias

a donde todos pierden y todo se pierde. ¿Piense a bien esto? La fensa no recibe justicia

aunque se ha reparado vengada. Las verdaderas ofensas no pueden pagarse. El daño y el dolor

no son reversibles. Castigar al culpable no deshace el daño aunque te produzca una

temporal satisfacción. Vengarse te hace salir del mundo de la gracia para entrar al mundo

circular de la retribución donde el que hace y recibe tendrán un castigo tarde o temprano.

En el mundo actual de la justicia creemos que solamente hay dos caminos o pagan o los

castigamos pero para mí existe una tercera opción en donde todos deberíamos de ganar

el perdón. La justicia debería de ser mucho más que tan solo equilibrar las ofensas

de todo el mundo. La justicia no solamente es hacer las cosas bien y pagarle a cada quien

lo que sea la deuda. La verdadera justicia lleva la restauración

del dolor. Es ese nivel humano en donde el castigo y el pago han sido borrados. Cuando

tú perdonas, la ofensa no desaparece hasta que tú hayas asumido la deuda y la pérdida.

Sabiendo que ahora esto es tu nueva ganancia como ser humano. El perdón no se trata de

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