Cuando te quiebras, cuando llegas a un derrumbe, te sientes extraviado, perdido.

Si bien logras recuperarte, recompones.

Después de ese proceso sucede algo curioso, sientes que ya no encajas en la vida.

Te reconstruyes, pero cuando te reconstruyes, te das cuenta que te sobran piezas porque vas tirando cargas y necesarias.

Aditamentos que estaban en ti, pero para otro tipo de batallas.

Estas herramientas ya no te sirven porque después de esta reconstrucción necesitas ir más ligero y descubres

que lo que una vez fue esencial para ti, ahora es inservible, redundante porque te das cuenta que tu antiguo yo estaba construido

para un mundo que ya no existe para ti o por lo menos para un mundo que ha cambiado tanto que ya no te reconoce.

Me explico lo interesante también es que a medida que sigues adelante vas experimentando una sensación rara de desorientación, de soledad,

todo este proceso te va comprimiendo, te va forjando, es como aprender a caminar nuevamente pero en un terreno que se transforma bajo tus pies todos los días.

Sin embargo, en este extraño proceso de avanzar, de reconstruirte, vas encontrando nuevas piezas que ahora encajan en ti de forma nesperada.

Y lo hacen a veces de forma maravillosa porque son piezas que traen consigo nuevas perspectivas.

Estas piezas te llevan a nuevas relaciones, a nuevas pasiones, así que aprende a aceptar que ya no necesitas encajar perfectamente en cada aspecto de la vida como lo hacía antes.

Antes de sequebranto, ahora es algo nuevo. En este proceso puedes crear un nuevo espacio, algo que se ajuste a tu nueva forma, tu nuevo tamaño,

puedes cultivar un nuevo entorno, una nueva relación, algo que respete esta reconstrucción.

Olvídate de esas piezas, ahora eres algo completamente nuevo. Esto es un proceso continuo, un ciclo de descomposición y creación que te mantienen constante evolución.

Con cada versión de nosotros mismos que vas dejando atrás, te vas acercando un poco más a la esencia de lo que realmente eres.

Armado con un entendimiento más profundo de lo que significa vivir una vida plena, significativa, a mí ya no me importa sin cajo del todo.

Ese yo ya no existe, hay una nueva naturaleza en mí que está floreciendo y quiero que florezca.

Ya no te preocupes y me encajas. Después de ese derrombro, vas a cenotear y lo siento que la gente ya no te entiende, lo siento.