¡Oh!

Hace unos años hicimos una gira por Estados Unidos, por la Unión Americana.

Y una de las paradas obligadas fue la ciudad de Washington, de DC, así que le pedía nuestro misionero,

que integra también nuestro borr, nuestro comité,

nuestra comisión Rob Owen,

que me llevara a un sitio en particular,

que yo siempre habría querido conocer en Washington,

insisto.

Recuerdo que un cielo gris dejaba caer una capa de llobisna,

me abrigué lo más que pude con un sobretodo,

con un saco grande, una bufanda,

una chaqueta de lana, el frío era espantoso.

Y los árboles desnudos del pleno otoño

le daban, completaban el marco de fondo.

Caminé algunos metros, bajé por una,

por una asera empinada y

allí estaba a priori el monumento Washington, el linko el memorial y finalmente

un enorme muro que numeralos, nombre de los más de 58 mil militares que

perdieron la vida durante la guerra de Biennamb,

el memorial de los veteranos de Biennamb.

Me llamó mucho la atención.

Entonces, el muro de los lamentos de toda una generación,

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