Hola amigos, bienvenidos una vez más a mi podcast Ana Patricia sin filtro, gracias

por estar escuchando este nuevo episodio y si aún no has escuchado los anteriores,

te invito a que vayas porque seguramente van a ver muchos temas en los cuales tú te vas

a identificar y de los cuales también puedes aprender algo o agarrar algún consejo que

te sirva. Hoy escogí un tema un poco particular porque una de las preguntas que más me hacen en mis

redes sociales es acerca de mi matrimonio de cómo vivimos la cuarentena, la pandemia, de cómo le

hacen mi esposo siendo yo una figura pública que trabaja en televisión donde él, bueno,

su trabajo nada que ver con lo que yo hago y bueno muchas preguntas más al respecto, así que

a lo que nos truje, chencha y vamos a comenzar, primero que todo obviamente tengo que comenzar

desde el principio, cómo nos conocimos, pero yo quiero primero decirles que mi matrimonio

con Luis viene a ser mi segundo matrimonio, porque ustedes no sabían yo tuve uno donde duré

seis años casada, no tuvimos hijos, pero fíjense terminando ese matrimonio, mi cabeza estaba

en otro rollo, yo dije no quiero conocer a nadie, no me quiero volver a casar, incluso yo decía no

quiero tener hijos, imagínese, y no porque la verdad me ha ido mal en mi primer matrimonio, no

simplemente yo creo que uno crece imagínese, me casé a los 19 años, era súper chiquita, no había

madurado del todo, entonces la relación cambió y a pesar de que tuvo una separación muy tranquila,

cero drama, cero show, digamos con una buena relación, pues en mi cabeza no estaba en siquiera

buscar pareja y nuevamente a tener una relación, porque yo dije bueno, me voy a enfocar a trabajar

en lo que hago en la televisión, y bueno, así era mi idea, pero bien dicen que más más rápido

cae, un hablador que un cojo, y por eso nunca vemos decir la palabra, yo nunca quería esto, yo

nunca voy a volver a hacer eso, porque la realidad de las cosas es que la vida te cambia cuando uno

menos se lo imagina, y así fue como conocí a Luis en un momento en que yo ni por la cabeza me pensaba

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