¡Sandra, cómo le va a boras noches?

Y buena noche, Juan Ramón.

Y sé para servirle.

Muy chisimas gracias.

Este Juan Ramón, comentándole de varias de dos cositas que nos han pasado aquí en la

casa.

Gracias. Primero, en un ocasión que llegamos como a la concime de la noche, dejen mi teléfono celular

cargando en la cocina, arriba del microondas y nos sumo de la recámara a dormir todos juntos

en una sola recámara porque estaba yo viendo y un relampado,

entonces, tenemos miedo.

Y cuestión de unos 20 minutos, sonó el teléfono en al Ámbrico que es diferente el número

de la casa al celular.

Y diferente compañero.

Sí.

Y sonó el teléfono, entonces, como tenía una hija viviendo fuera de la

casa dice ella asegurándose que estemos en la casa y no no contestamos pero

insiguieron entonces le dije a mi hija con tu teléfono a ver quién es y contestaba, ¡halo, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no contesta y era el número del celular que yo había dejado en la recamar en la cocina

y pues no sé, o me he ido, dijo en tu salid, hay alguien aquí adentro que me está marcando

del celular mío, pues un miedo terrible y que le olor a policía que vienen los oficiales, se metieron, buscaron, no era nadie.

Tenía lo que hiciera el teléfono en la mano cuando vuelve a sonar.

Y me lo dame y le lleno, contestó usted y lo contestó y nadie le contestó.

Entonces fijan el coléter y era el número del celular que tenía yo.

...