El problema muchas veces es que las ganas de agradarle a todo el mundo es más fuerte que tu límite. Entonces, con el deseo de ser aceptado, pesa más que tu bienestar, estás joven. Porque te condenas a las expectativas ajenas, entonces no eres una expresión auténtica de ti y te va a ser vacían. Y va a ser poco a poco. Hasta que ya no quede nada que ofrecer, hasta que llegues a una versión mega fragmentada de ti, y lo peor es que al final no vas a lograr agradarle a todos. Si tu vivias para complacer vas a terminar siendo invisible, para temismo, vas a confundirte, a compararte, nadie te va a entender, los límites no son un acto de goismo, quiero que lo entiendas, un acto de dignidad. Es la línea sagrada en donde termina la búsqueda y comienza el respeto.

Aprende a decepcionarse, inculpa. Querida

mía, no se trata de dejar de amar a los demás, sino de no dejar de a ti mismo fuera de la ecuación. Mira, hay una verdad, no todo mundo te va a entender, no todo mundo te va a aplaudir, pero si tú no te liges, vas a sucederlo obvio, nadie lo va a hacer por ti y vivir

para agradar. Es una forma terrible, terrible de marchitarte hasta morir por dentro. En miedo a no gustar, a ser rechazado, a ser excluido, créanme no nace de la debilidad sino del condicionamiento social porque desde pequeños nos han entrenado para agradar, no para hacer. De hecho nos premiaron cuando ve decíamos,, no cuando poníamos límites, capíxio. Es así como vamos creciendo en

la sociedad, creyendo que amar es con placer, que se derre una virtud, que hay

conflictos para casar, pero eso es una mentira. Porque la autosa

superficio constante siempre te va a llevar al resentimiento a la

desconexión interna, el lagotamiento crónico, porque la identidad sí se diluye si tú no

la protejes y te preguntas por qué no te reconoces en el espejo, porque te sientes tan basión, la respuesta es muy sencilla, porque tú ya no estás habitando tu vida, estás acto en la vida de otros. El respeto que busca esa fuera empieza adentro de ti, la libertad que tú y dialistas comienzan en ti. Si para hacer tú tienes que decepcionar a otros que

así sea y que sea a partir de ahora. de ti, la libertad que tú y dialísas comienza en ti. Si para hacer tú tienes que decepcionar

a otros que así sea y que sea a partir de ahora de este momento. Capícico, me he su querido.