Buenos días, soy Diego Drey, fúcie, soy diseña a tu vida.

En los negocios, la utilidad tiende a ser lo único que importa.

Y a mí la utilidad ya no me importa.

Sé cómo funciona los negocios, soy empresario y sé que sin utilidad no hay negocio.

Pero la peor mentira es creer que la utilidad siempre sube

y eso es lo que todos los empresarios, sobre todo, cuando se trata de una empresa grande, buscan.

Están constantemente midiendo la utilidad y todo tiene que ver con un presupuesto y se mide con respecto al año pasado.

No se calculan otras miles de cosas, no se checan los intangibles, no es por supuesto que ni siquiera se busca ver

en las emociones de la gente que genera esa utilidad, toda esa utilidad.

Y a mí no me importa.

Todo tiene ciclos y hay algunos ciclos que tienen que empatar para que la utilidad augmente.

Y de nuevo no me malentiendan, entiendo que para que un negocio sea negocio tiene que haber utilidad.

Pero si todo es utilidad, nada sirve, nada bien al caso, se pierde el objetivo y todo se prostituye en cuestión de negocio.

Tiene que haber varias cosas que empaten en cuestión de ciclo.

La empresa, el vendedor, el producto y el cliente tienen un ciclo por sí solo si tienen que empatar.

El cliente evoluciona y hace lo que quiere.

Así que primero que nada quitemos ese de la ecuación, tú no lo controlas.

Va a evolucionar y se va a mover punto.

La empresa, si se atreve, evoluciona y crece, pero entre más grande, más complicado es el proceso y depende de gente.

Si a la cabeza de esa empresa hay gente que no se atreve, que no quiere que las cosas cambien, que está chapa la antigua

y que solamente está viendo por su cartera o por su bienestar, no necesariamente va a cambiar.

Otro ciclo que está en proceso y tiene que contar para que la utilidad suba, es el del producto.

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