Hay momentos en la vida en donde has cometido tantos errores que ya no sabes cuáles

son tuyos y cuáles no.

Tienes tantas deudas contigo que no sabes cómo pagártelas.

He creado esta andar está en alto en mi vida, que en ocasiones me siento solo y sin encajar.

Brase poco decidí hacer un viaje para encontrarme con una buena amiga y alberla, lo primero

que sentí fue verte.

Ahí estaba, esperando me callada como de costumbres en intermediarias, me dije, disculpame,

hace mucho que no te escuchaba, hace mucho que no te visitaba, que no le bajaba el volumen

al mundo que me rodea, tuve que caminar mucho para que el murmullo desapareciera y pudiera

escucharte, hablar claramente dentro de mis costillas pulsante como el primer segundo

de vida.

Siempre hablando en código morce, tonto, tonto, hay mi soledad, silenciosa pero perfecta

en cualquiera de sus notas, perder las soledades, perder la oportunidad de disfrutarse, nos enseñaron

a acompañar pero no a vivir en soledad y en la soledad fue donde se me coló un sueño

posible por la puerta del quizás.

En la soledad aprendí a cortarme el cordón humilicario, descubrí que no siempre era necesario

levantar el teléfono para sentir a alguien, en las soledad pasan cosas que nos ponen a pensar,

ahora, a meditar es una actividad que no se puede hacer frente a los demás, en la soledad

se dice todo aquello que pocas veces se hace donde nace el diálogo interno, donde dudas,

de cuestionas y construyes un pensamiento crítico, en la soledad nace la revolución

del pensamiento, su silencia es la vala, ella en revolver, en las soledad nace en esas

bellas preguntas, que soy, que quiero, que haré, como, cuando, donde, estas preguntas vitales

...