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🗓️ 22 September 2025
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¿Qué ocurre cuando nos conformamos con asistir los domingos a la iglesia, sin mirar más allá del techo que nos cubre? El simple hecho de creer en Dios, congregarnos con regularidad, participar en congresos religiosos o haber entonado cientos de alabanzas no nos convierte en verdaderos cristianos. Para seguir a Cristo no necesitamos teologías novedosas ni más cumbres proféticas, sino volver a la fuente, a los fundamentos... a las viejas armas espirituales. Nuestras convicciones, nuestro propósito, nuestra adoración y nuestro gozo son las espadas que siguen funcionando hoy como hace siglos. ¡Empuñemos cada día las viejas espadas del Reino!
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| 0:00.0 | Yo soy Alia Contar muchas veces a menudo que creci en el banco de una pequeña iglesia, de Buenos Aires, en aquello tiempo no existía el cuidado de infantes, no había clases para los niños de mi edad. Lo que se conoce como escuela dominical era los días sábados, o sea, vendí hace una escuela sabática. Entonces, teníamos que ir al día anterior, si queríamos recibir instrucción, pero no había algo como tal durante el servicio adulto. De manera que simplemente yo tenía que aguantarme las interminables cuatro horas de culto en el mejor de los casos. Es hora cuando no bajaba el revival y el avivamiento |
| 1:09.4 | y si no eran cinco, seis horas. Reuniones que, por cierto, yo recuerdo que solían ser bastante abúlicas. A excepción de cuando las hermanas sorayas, Carmela, Almudena, Genoveva, Teodora, Catalina y Amelia, si no tienes esos nombres, no eres pentecostal. Veían algún demonio. Si veían algún demonio y algún espíritu, entonces, era un tanto más divertido, porque uno trataba de ver que demonio estaba enviéndose. ¿Qué una vez te conté? Una vez te conté que era la intercesora, más expertas en demonios que en conocer a Dios, pero es otro tema. Las predicaciones solían durar dos o tres horas, especialmente cuando el pastor decía yo no sé porque estoy diciendo esto, yo tenía preparado otro sermón, pero yo me está guiando a decir esto, que por los generales habían tirado de algún Chismé y entonces aprovechaba para acercatarse durante el sermón. O decía siento de espíritu que no podemos terminar este culto, de hecho, Dios sabe que no miento ni exagero, a veces nuestro pastor sentía que el señor estaba por venir, decía yo siento que está por venir de un minuto o otro, nos arrepentíamos hasta de lo que no habíamos hecho. Entonces lo mejor como él decía yo siento que está porir, lo mejor era improvisar una vigilia. |
| 2:05.0 | Entonces, muchas veces entramos al templo, la siete de la tarde y salíamos al día siguiente, la seis de la mañana. Obviamente el señor no vino, por eso salíamos. Y de ahí los adultos iban directo a trabajar y los niños iban directos a la escuela. Yo tenía unas ojeras, era un oso panda. podía estudiar porque eran varias vigilias que sentíamos de hacernos |
| 2:27.3 | estaban planificadas. |
| 2:28.6 | Aún así, yo recuerdo mi época de mininies que tenía pequeñas rutinas para matar el tiempo durante esos cultos eternos, en los cuales siempre teníamos la esperanza que ventigó al Raptoy, Jesús no rescataría de otro culto aburrido, pero mientras que no venía, había que pasar el tiempo. |
| 2:47.3 | Entonces, me aprendía de memoria el orden de los libros bíblicos, |
| 2:51.5 | dibujaba caricaturas del pastor, de los diáconos, |
| 2:55.3 | en un pequeño papel que camuflaba dentro del limnario, |
| 3:00.9 | pero un día algo en particular, |
| 5:26.1 | interrumpió mi aburrimiento o mejor dicho al liem. Era un visitante que se metió en una por la puerta principal, tal vez o por una ventana, se deslizó por debajo del zapato del diácono y se la regló para posarse sobre mi inario y en serio y luego aterrizar justo debajo casi al borde de mis pies. En Argentina se lo conoce como langosta, o saltamontes, en México se lo conoce como Chapulín, pero no el colorado, el Chapulín, Chapulín, que son parte de la familia de los autópteros que incluyen alogrillos, a las chicharras, a las cigarras, más o menos uno de esos bichitos. Lo que yo recuerdo que era una especie de saltamonte, que esa era un grillo, pero algo chiquitito. Y como no había otra cosa que hacer, más que escuchar como el pastor, nos enviaba como cada domingo al infierno otra vez. Me puse a pensar qué le pasaría por la cabeza al pequeño Chapulín, que había entrado ahí. De hecho, si nunca más lograba encontrar la salida y su vida iba a ser el templo, todo su universo de por vida iba a ser nuestra pequeña iglesia, aquel pequeño sitio donde nos congregábamos. Y me lo imaginé por las noches, recuerden que está hablando el niño, ese entonces. Ustedes dirán, con esta edad, imaginad usted la vida de un chapulino, tenía 7, 8 años yo. Pero me lo imaginé al bichito, llevando a su hijo a pasear por las paredes durante la noche, diciendo que observen las vigas del techo, ¿no? lo que ando cariñosamente sus patas sobre la espalda de su hijo, diciendole pequeños altamontes. Aprese a este enorme cielo, que es lo que nos cubre todas las noches, yo pensaba, se dará cuenta, que eso no es todo el cielo, que solo está mirando el techo de nuestro pequeño templo, se se da cuenta, si vive allá dentro, se da cuenta que hay un cielo afuera y luego pense en los grandes sueños que bien podría tener el Chapulín. No estaba ahí para escuchar a nuestro aburrido pastor, todo lo que ambiciona en la vida de insecto es comerse otros insectos más pequeños, un par de acaros, tal vez larvas, |
| 5:46.5 | quizás degustar algún hongo, ¿no? Pero como estaba en medio de un servicio, yo me puse espiritual. Porque se me ha traído mucho el bichito y dije, ¿y a quién adorará el pequeño saltamonte? ¡Aaah! Aquí adorará, ¿no? reconocerá que hay una mano que construyó este templo, o preferirá adorar al templo por sí mismo. Dará por sentado que puesto que nunca ha visto al constructor del templo en el cual ahora vive y eso hogar, tampoco existe ese constructor porque nunca lo conoció. Mucha gente que conozco posee esa misma mente de insecto, |
| 6:06.6 | no en este servicio, |
| 6:07.8 | realmente vienen al otro. |
| 6:11.4 | Pienzan que no hay más verdad que el techo, ¿no? |
| 6:15.3 | El techo que está viendo es la única verdad, |
| 6:18.1 | que no hay propósito más allá del placer momentáneo, |
| 6:21.9 | incluso de la adoración, momentánea. ¿Qué ocurre cuando vemos a Dios a través de los ojos de un simple insecto, de un simple chapulín? ¿Qué ocurre cuando nos conformamos con venir los domingos a la iglesia en lugar de ver más allá del techo que nos cubre? Y a propósito le hizo sobre alguien que se parece bastante al insecto de nuestra historia y al insecto que no visitó cuando lloran inio, de una de las leyendas del Taj Mahal resulta que quizá lo haya oído, porque es una historia muy conocida, arto conocida, dirían los chilenos. La esposa preferida del Reimogol, yajan Gir, murió ha enjir, murió. Cuando eso esposa murió, el Reimogol devastado, resolvió honrarla, construyendo un inmenso templo que le sirviera de tumba y descansó final. Entonces, sufero de tron, el fereo de la Reina, fue colocado en el centro de una gran parcela de tierra y se inició la construcción fastuosa del templo alrededor. Decidió el caballero que no iba a ahorrar en gastos para lograr que el lugar de descanso final de su reina fuera magnífico, pero cuando las semanas se convirtieron en meses, el dolor del mogól dice que fue eclipsado por su pasión por el proyecto. O sea, la pasión por construir superó el dolor que él tenía por la ViuDes. Entonces, esa no lloraba por la ausencia de ella. Lo consumía, la construcción, los planos, el sueño. Y un día mientras caminaba dice la leyenda de un lado a otro, con la obra en construcción, su pierna chocó con una caja de madera y el príncipe se sacudió, o el raíces sacudió el polvo de la pierna y ordenó a un obrero que se desisiera de esa molesta caja. San Jair no sabía que había ordenado la eliminación del fereatro, escondido bajo capas de polví de tiempo, y olvidó a la persona que pretendía honrar a priori con el tiempo, que pretendía honrar una vez que estuviera construido, que pretendía honrar con semejante construcción. Y cuando culminó, fue un palacio sin nadie a quien honrar, un palacio sin reina a quien honrar. El propósito inicial ya no estaba ahí porque se había desecho de la TAU, entonces le digo, podría alguien construir un palacio y olvidarse del rey, podría alguien esculpir un tributo y olvidarse del héroe, o usted se nesan a ironías, una locura, diosa en su providencia de divina, me permitió viajar por gran parte del mundo y he visitado cientos de congregaciones y siempre pude notar mirándome, mirándome en perspectiva quienes vienen a la iglesia y saben quién fue crucificado y quién fue resucitado. |
| 9:25.4 | Independientemente de los años que tengan de perigrinar cristiano. Puedo verlos y vienen absortos por ese Cristo que resucitó, no necesita que sean semanas santa para celebrar una tumba vacía. Entonces, yo los puedo ver, en cualquier congregación insisto, en cualquier parte del mundo, llenos de asombros, llegan a congregarse llenos de expectativas. |
| 9:45.6 | Yo creo que es mucha de la gente que está aquí, |
| 9:47.7 | llega de esta forma, por eso hacemos filas. un cualquiera parte del mundo, llenos de asombros, llegan a convivarse llenos de expectativas. |
| 9:45.4 | Yo creo que es mucha de la gente que está aquí, llega de esta forma por eso asemofila y por eso hay tanta expectativa y adoramos y cantamos al gritos. A mí me gusta cuando los adultos parece que son niños que observan mientras se desembuelve un regalo en la vida. Cortesanos, agradecidos que observan de filar al rey y venimos con esa expectativa que siempre insisto a trapa la unción. |
| 10:08.5 | Pero también he notado sientos otros creyentes que se parecen a Zajan Sir, el rey Mogolo o al Chapulín de mi historia, que solo ven el templo, el cielo raso, y no logran ver más allá del techo. Y sus mentees y vaga, sus ojos se ponen bidrioso del sueño, yo los veo a veces, estamos donando y están. Como la articita de la era de IE, lo están así. Y dice, si Duermo con un ojo se darán cuenta, pensarán que soy tuerto. Otros miran el celular, o están pendientes de la hora, o vos tezan. Entonces, todos los templos, todos los servicios, de hecho, pierden su brillo al cabo de un tiempo. El algún momento lo novedoso, deja desarrolloso, siempre, por más novedoso que sea, en un momento los sagrados se vuelve común. Entonces, los adoradores de templos, no tienen la intención de aburrirse de hecho, casi es un insulto a vuestra inteligencia que diga, ¿viene esa aburrerte? ¿Por qué? Prepararía a los niños o se levantaría a la madrugada y se acicalaría para venir, para luego aburrirse. Yo sé que hay gente que les encanta, la iglesia y hasta algunos raros aman al pastor, pero las intenciones de los que se duermen No voy a volver ser rancios. Voy y me voy a dormir y me voy a borrir. No, se levantan insito temprano, se preparan bien en cada domingo, pero en algún momento del peregrinar, pierden de vista, perdemos de vista a quienes, primera instancia, pensábamos adorar. Entonces, los que adoran el templo, los que adoran servir, los que adoran el hecho intrínsico de congregarse, los que adoran la doctrina, la sana, la superzana, la recontras de hiperzana, o los que adoran el simplemente venir, es muy diferente a los que vienen a Dora de Dios. Son muy distintos. y podemos encontrar ambos sentados en la misma congregación en cualquier sitio. |
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