Saludo, espero que se encuentren bien.

Hoy les quiero hablar de una tragedia familiar que comosionó a todo el pueblo de Puerto Rico.

Una masacre cruel e injustificada que nos hace cuestionar no se existe la posibilidad de que entre nuestros conocidos viva un potencial asesino sin que lo sepamos.

La noche del 17 de noviembre del 2014 Miguel Ortiz Díaz de 65 años de edad.

Un militar retirado y profesor de la Américán Militaria Academy, su esposa, Carmita Buceda, Siriaco de 45 años, su hijo de 15 años Michael Ortiz UCEDA

y su suegra Clementina Siriaco López de 73 años fueron brutalmente asesinados en una urbanización exclusiva de la ciudad de Guaynavo y Aurillas de una carretera en la ciudad de Bayamón.

Carmita Buceda y su madre Clementina Siriaco eran ambas de nacionalidad peruana. Miguel Ortiz Díaz buscaba cobrar una deudas de dinero de una casa que tenía alquilada

y de la cual intentaba sacar a su inquirino por la falta de pago.

Esa noche Cristofer Sánchez ascensió acompañado de José Bosch Mulero, llegaron a la casa de la familia Ortiz UCEDA con la excusa de que iba a apagar la deuda de renta que estaba pendiente.

Para poder entrar a la urbanización de los frailes en Guaynavo, es necesario que algún residente te de acceso o que tengas un vipe.

Como menciona el principio, esta masa que ocurre en dos lugares distintos.

Una de las escenas ocurre en la casa de la familia Ortiz UCEDA en Guaynavo y la segunda escena ocurre en un terreno cerca de la carretera 174 en el Basrio Guarago en Bayamón.

Allí las autoridades hallaron el cuerpo de Michael Ortiz UCEDA de tan solo 15 años de edad.

En ese mismo lugar, el hermano menor de Michael Ortiz, Ángel Ortiz de tan solo 13 años de edad fue herido, fue lanzado de un puente y dejado por muerto.

El niño cuenta que cuando fue arrozado del puente, cayó de espaldas, se quedó sin aire y de tan todo lo que sentía no podía moverse ni respirar.

Ángel tomó un pequeño descanso, cerró los ojos por algún tiempo

y luego más adelante, algo le dijo que se levantara.

Él dice que tomó fuerzas y pudo salir a la calle.

Cerca de la manacer, Ángel logró caminar por el barrio en busca de ayuda, a esa hora el área estaba desolada y oscura.

Traparios minutos caminando, toca la puerta de una casa y pide que lo ayuden.

Eran cerca de las 3 de la mañana cuando los policías, Nelson Mendes y Eduardo López, recibieron una llamada alertándolos de una persona herida que pedía ayuda en la puerta de una residencia que quedaba cerca del cuartel del barrio Guaraguau de Guainavo.

El dueño de la casa no se atrevió a abrirle Ángel pensando que podía hacer alguna trampa y prefirió llamar el cual te municipal para notificar lo que estaba pasando.

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