Muy bien, estamos listos! Muy bien. Hay un libro, una obra magnífica que se llama la enfermedad mortal, el filósofo, escribe el filósofo teólogo y también puesta, danés, esoren Kirchnergar y él describe y se debe la manera en que los seres humanos tenemos puntos ciegos respecto a quienes somos en realidad. El relato a una parábola en el libro acerca de un campesino que recibe suficiente dinero para poder comprarse zapatos nuevos y calcetines nuevos por primera vez. Nunca lo había tenido, siempre andaba descalso y por primera vez se puede comprar zapatos y calcetines nuevos. Entonces luego de haber hecho la compra de así de celebrarlo, vediéndolo suficiente hasta emborracharse. Y en su camino a casa se desmaya de la borrachera que tenía un casi un coma étílico, el pobre hombre se desmayan la carretera,

pero en el medio de la carretera.

Entonces, se pasa a un carruaje, se detiene, y el conductor lo despierta, le dice, miren, mueva a ser, o le voy a pasar el carro por encima, y el campesino se despertó, miró sus propias piernas, No la reconoció por los zapato y las calcetines.

Dejó adelante, igual no son mis piernas.

El punto es que en algún momento de nuestras vidas no reconocemos nuestro propio carácter, no vemos nuestras propias fallas, ni nuestro lado oscuro, no logramos ver. No conocemos nuestras propias álmas. Creo que el principal secreto de la vida es llegar a conocer nuestro propio corazón. Corazón es confuso, engañoso, y la palabra dice que es complejo llegar a conocerlo en realidad. Mucha gente suele cometer hasta un crimen, en un arrebato de ir a hace algo irracional que jamás hubiese estado en sus planes, lo cual termina con sus huesos en la cárcel, y dice, yo no sé qué me pasó, no hice ni si no era yo, y no es que lo tomó necesariamente un demonio, un espíritu, sino que dice, me desconozco, salió su parte más oscura, a veces es una gota que rebasa el vaso o el resultado de un efecto residual que va acumulando acumulando y un un día explota como una bomba de propano y dice, yo no sé qué me pasó. En algún momento todos decimos, adelante igual no son mis piernas, ¿no? No nos damos cuenta lo que estamos provocando. Entonces nuestra capacidad para vivir en medio de la negación puede ser muy asombrosa. Negamos, supremimos lo que sabemos que es cierto, si vamos a no quiero pensar en eso. O afirmamos, adornamos lo que sabemos que falso, sabemos que no somos lo que mostramos en los estados de Instagram, porque va la versión filtrada. Sabemos que no somos esa foto. Sin embargo, nos la creemos en algún momento, y afirmamos como si fueramos eso. Yo hablé de esto justamente en el mensaje que se llama Casualmente Punto Siego que por cierto, te recomiendo ver cuando pueda ser estar allí colgado en nuestra red, Punto Siego, es maravilloso. La Seguera Espiritual es un concepto muy significativo en la Biblia, una de las referencias más explícitas, si se quiere de la Següera espiritual, se encuentra en la carta de Pablo a los Corinthians, la segunda carta a los Corinthians 4, cuando dice el Dios de este siglo se go el entendimiento, el entendimiento de los incrédulos para que no vean la luz del Evangelio, de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios. Hay una segura que el enemigo provoca una venda y aún, en los que se creen, hijo de Dios, los que nos creemos, que estamos en el peregrinar cristiano y cosas que no vemos. Y muchos cristianos no queremos a veces orar para que Dios nos rebele lo culto que está en lo profundo de nuestro corazón. Por la misma razón que no queremos descubrir cosas que no queremos ver. Por la misma razón por las cuales algunos no se suven nunca a una báscula, a una balanza en algunos países, ¿no? Porque tenemos miedo lo que vayamos a descubrir. Y si la verdad acerca de mí es demasiado dolorosa, y si lo que descubro no lo puedo soportar, Jesús dijo, conocerán la verdad y la verdad os hará libres, lo cual de bien es la pregunta. Realmente queremos al libre, queremos al libre en la mente, libre de toda cautividad, queremos conocer todos la verdad acerca de nosotros. Pero al mismo tiempo, hay como uno de ese o grande de no conocer. Como cuando uno se hace un chequeo médico y el médico dice, le tengo que decir el resultado de los analisis. Uno quiere, pero la vez no quiere que nos lo digan. Siempre digo que no nos gusta mucho la verdad. Sobre todo, insisto, hasta cuando se trata de nuestro físico,

yo con un cojente que se espesa en la báscula, muy temprano en completo a Juno. Y antes de subirse, se quita la ropa, además de los anillos, los areste, los accesorios, hasta el lápiz labial, se lo quita para que no peice. Y antes de mirar los números? O sea, no suelta la respiración hasta que no aparezca el número. Ese no es tu peso real, ternura. A menos que vayas por la vida completamente desnuda y en ayuno perpetuo, pero ese no es el peso real. Entonces, el autoengaño es un misterioso proceso en el cual nos tapamos los ojos nosotros mismos. Entonces la mente humana es una máquina muy compleja de proceso, una máquina de procesamiento muy muy muy complicada, muy compleja, es muy difícil que sea lineal de si yo pienso de esta forma o pienso de la otra, uno tiene que meterse en esos engramas y descubrir cómo es que realmente pensamos. Porque su nada máquina insisto de procesar muy poderosa. Proverbios 23-7 dice, ¿por qué cuales su pensamiento en su corazón tal es la persona? ¿Cómo piensa? ¿Cómo es? ¿Cómo pensamos? ¿Es cómo somos. La mente puede hacerte comportarte como si fueras, No no sé, mis universo. Cuando en realidad capas que no aplicas a mis pupusa. No sé. Pero bítenla mente te pueden gañer. Y esto no lleva a una historia de Jesús sobre sus seguidores. Es la historia de acerca de un lago, un barco y un hombre muy conocida a la historia, por supuesto, pero algo le sucede a este hombre en ese bote y en ese lago. Lo que le sucede a él es algo que siempre nos ocurre a las personas que llegamos a tener cierta intimidad con Dios. La verdadera intimidad, ¿no? Me congrejo todos los fines de semana, oro de tanto en tanto. Yo digo, cuando realmente empezamos a caminar con el señor, al inicio no nos gusta el dolor que eso produce ni lo que descubrimos, porque uno se acerca a la luz y empieza a ver manchas que no veíamos antes en la oscuridad o cuando estamos a media luz. Cuando uno se acerca a Cristo y, media, también, uno empieza a notar cosas que no nos gustan. Pero no es para sentirnos culpable, sino para cambiar. Dios sabe que lo necesitamos. Bueno, así es como comienza la historia en Lucas V. dice la palabra que un día estaba Jesús, a orillas del lago de Genesarez, y la gente lo apretujaba para escuchar el mensaje de Dios, entonces Jesús, de pronto, ve dos barcas que los pescadores habían dejado en la plaza, mientras lavaban sus redes. Jesús se sube a una de las barcas que pertenecian a Simón y le pide que la leje un poco de la orilla para que sirva de una suerte de plataforma o estéis flotante, luego se sento y enseñaba la gente desde la barca. De hecho se de pasó las ondas del agua extienden la voz de manera acústica un poco más clara. Jesús estaba enseñando a la gente acerca de Dios, acerca de la fe, acerca de cómo vivir. Jesús es muy bueno en eso, pero muy pronto están asinados, tanto os ha montonado y da la impresión que están a punto de empujarlo al agua. Entonces Jesús, ve dos barcos, se mete en uno al parecer, según las escrituras conoce a Simón Pidro,

sabe que Subot le dice, Simón me llevaría su un poco más adentro

para que desde ahí puedas seguir enseñando a todos

y Pedro aleja unos metros Subot, ¿no?

Jesús se sienta, tal vez porque es difícil pararse en un bote

o porque los hermones de los rabinos duraban muchísimo, lo que es lo que es lo que es lo que es lo que es lo que es lo que es lo que es lo que es lo que es lo que es lo que imaginarte lo que es ser pedro en ese bote, no? Yo crece en una iglesia donde en la plataforma, aquí tenían sillas gigantes parecidas elidas atronos del renacimiento del siglo XVII, XVIII. Esas sillas, así como se ven ahora en TvN, que tienen en los respaldares dos leones que parece que te van a comer así, una gila que sale de atrás, una silla unos tronos. Era lo más cerquita de los tronos que podían estar los pastores antes. Entonces se ponían arriba y los ciervos de la iglesia se sentaban en esos tronos durante todo el salmón. Nosotros estábamos cetaditos en los humildevancos de madera así todo junto y lo bueno de estar sentado en esos tronos es que les daba sueño porque eran cochaditos. Y los servicios se estiraban mucho. Nosotros nos podíamos dormir, porque teníamos que cambiar así todo el tiempo de... No quiero decir nada, algas, porque algunos se ofenden, pero bueno. Pero lo que estaba en ahí, sentadito, se ha cocha, y todo, siempre se me dan a dormir. Nosotamos atento a ver quién se dormía en esos tronos, no? Era divertido.

Yo me pregunto si Pedro comenzó a quedarse dormido. Sabemos que tuvo sueño cuando oraba en el jardín y también tuvo sueño en el monte de la transfiguración. Y también sabemos que en esta ocasión estuvo pescando toda la noche. Así que es probable que todavía estuviera luchando para mantener sus ojos abiertos, No, ajo to la noche y ahora tiene que escuchar un mensaje a la mañana, deseando haber traído un poco de café y diciendo por qué no hay café. Jesús termina, nos sabemos cuando termina de predicar, de exponer su oratoria y Pedro, resma para llevar a Jesús de regreso a la orilla, tal vez, cuán bueno fue el mensaje. Pero Jesús tiene otros planes y San Lucas, 5-4 relata, que cuando acabó de hablar Jesús, le dice a Simón, lleva la barca a aguas más profundas y hecha en las redes allí para pescar. Una manera de decir, te voy a compensar el tiempo que dispensaste de en tu barca para que yo predicará.

Te lo voy a compensar.

Imagino a Pedro, y si no, no, no, no, no, no, no,

no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no,

no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no,

pero sé que no pescaró nada porque están lavando redes,

no veo peses, no veo pescados.

Entonces, le quiero recuperar, darte el favor en regreso.

Ven decirte, quiero que reemez a aguas profundas

y llevarte a pescar.

No sé si alguna vez tuviste una situación en la que eres experto en algo que lleva años haciendo eso, por ejemplo, en tu trabajo, en tu oficio, en lo que sea, y las personas aficionadas te empiezan a dar consejos, no hay cosa que moleste más. Está en la cocina haciendo algo.

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