A hace varios años cuando aún vivía en Buenos Aires, recuerdo que cierto día partió

la eternidad, un formidable hombre de Dios, con el cual solía tener largas charlas muy constructivas.

Y antes de que se fuera a vivir del otro lado del sol, recuerdo que desayunamos, compartimos un buen

momento, una semana antes de que el partida, que el señor lo llamara. Y cuando se celebró el funeral

de este amado pastor, me sorprendió que llegó todo tipo de gente a presentar sus respetos y condolencias.

Sentados, uno al lado del otro estaban conservadores y progresistas, adeos y agnósticos,

bautistas y pentecostales, aventistas y menonistas heterosexuales y homosexuales, gente que no

iba a la iglesia y gente muy fiel a congregar, se no faltó ningún vecino, incluso asistió el

imán musulmán de la ciudad, para expresar su dolor y su gratitud por un hombre que había trabajado

incansablemente para inculcar la paz en la comunidad. Y yo me pregunté cuál era la receta de este

hombre para que ocurrir a este fenómeno. Bueno, la receta era que todos eran bienvenidos a su mesa.

El sol era decir que todos en todos había un terreno sagrado y que cada uno de ellos era una

oportunidad para que Dios se manifestara y vivió consciente del gran amor de Dios por él y por

los demás se relacionaba con otras personas de manera tal que entretegían una relación de

amistad con él. Y se arriesgó a alinearse con lo que Dios desea para la gente. Y en

recuerdo que ese mismo día me cuestioné qué clase de diversidad caracterizaría algún día mi

propio funeral. La gente, a la que había impactado durante mi vida, iba a ser un grupo homogéneo de

los que se visten, lúsen y votan al mismo partido político que yo van a asistir a mi funeral porque

creían lo mismo que yo o mi vida representará algo mucho más acorde, al camino de Jesús y sus

discípulos. Entonces no pude dejar de preguntarme qué tan receptivo soy a las personas que no son como

yo. ¿Quién es? Bienvenido a mi mesa, ¿no? De modo que cuando llegue insisto el día de mi

funeral haya una diversidad de creencias de gente que están allí porque fueron impactados

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