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🗓️ 20 February 2020
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0:00.0 | Los seres humanos hemos sentido emociones desde que somos seres humanos. Pero a través de la historia estas emociones y las palabras que usamos para referirnos a ellas han ido cambiando. Bienvenidos al podcast de Ted and Spanish, soy Charles Rieger-Bullski. Elena Carrera es profesora en la Universidad de Londres. En su charlante de X Madrid nos comparte la fascinante historia de las emociones. |
0:26.1 | También propone cultivar la compasión inteligente para buscar soluciones a los problemas humanitarios |
0:32.4 | globales. |
0:35.4 | La emoción está necesito siempre. En todos los lugares, en todas las épocas, el ser humano atendido a interpretar sus experiencias, según lo que sentía, pero no siempre hemos sentido lo mismo y tampoco siempre lo hemos llamado con las mismas palabras. Yo llevo 20 años trabajando sobre la historia de las emociones, una disciplina relativamente nueva desde la que intentamos replantearnos lo que son las emociones y evitar las versiones simplificadas. Y partimos de tres primisas. La primera es que las emociones no son sólo la cara que ponemos al expresarlas, como parece que piensan polecman y sus ejedores en Estados Unidos. La segunda es que las emociones las vivimos a través de lenguaje, que los nombres que les damos y las palabras con que las expresamos son esenciales para entenderlas. Y la tercera es que esas palabras tienen una larga historia, la que han ido cambiando de significado. Voy a ilustrar tres aspectos de mi trabajo sobre las emociones con ejemplos extraídos de documentos históricos. El primer aspecto es el poder de la imaginación sobre las emociones, la imaginación con solo que pensemos en algo que podría ocurrir ya nos hace sentir emociones y propongo que ejerentemos nuestra empatía para pasar a momentos históricos empezando con principios del siglo XV. En momento en que los navegadores portugueses partían con miedo intentando rodear la costa de África y sin saber si iban a conseguir llegar más allá que sus predecesores y sin saber si iban a poder regresar. Y lo que les llevaba a superar el miedo y embarcarse era la esperanza, la esperanza de conseguir beneficios económicos. O si en aquel momento de ausencias el rey Donduarte de Portugal escribió sobre lo que entonces se denominaba Soïdade. La Soïdade, él ha definía como algo que sentimos con el corazón en dos tipos de situación. Una es al estar alejados de la persona a quien tenemos gran afecto. Y la otra ya, antes de que eso ocurra, cuando sabemos que esas paraciones inminentes. El rey también distinguía entre la saudade que sentimos como recuerdo de un pasado que disfrutamos mucho y la que sentimos simplemente al pensar en lo que nos gustaría que ocurriera. Pues esta última idea es bastante parecida al que podríamos llamar falsa, que a veces nos creamos a nosotros mismos soñando despiertos. El rey también hizo una distinción entre la saudade triste y la saudade placentera. La triste es cuando el recuerdo nos hace desear ansiosamente echar marcha atrás y estar en aquella conversación con ese |
3:46.2 | amigo que ahora ya no está. Y la placentera es cuando en lugar de sufrir, por esa ausencia disfrutamos los recuerdos del tiempo pasado. Bueno, pues pasamos ahora a otro momento histórico. Finales de siglo XVII, el momento que se inventa la Palabra Nostalgia. Era 1688 y un suizo que estudiaba medicina en la Universidad de Basilea, llamado Johannes Hofer, hizo su tesis sobre un fenómeno que observó entre gente que vivía alejada de su país. Algunos, el estar lejos de su tierra les hacía entre estecerse y la que que decía ni enfermaban y no se recuperaban. Este fenómeno ya tenía nombre en alemán, se llamaba Jaime. Y en trances se llamaba mal Dupéi. Lo que ocurre es que estos términos no resultaban con mincentes como categoría no sológica para ser diagnósticos, se necesitaban término técnico. Entonces a Jofes se le ocurrió combinar dos palabras de Egas, no estos que significa vuelta casa y algear de algo que significa dolor. Entre los casos que incluyó Jofre en su tesis, encontramos a un suizo que migró a París y una vez allí echaba tanto de menos las montañas suizas que enfermó al querer verlas otra vez y no podrá hacerlo. Entonces, en el momento en que el señor para el que trabajaba, le concedió permiso para viajar, empezó a recuperarse, se recuperó del todo y al final inivíajo. Y lo cuento como ejemplo de cómo el pensar que algo es posible ya nos hace cambiar la forma de sentir. Y también para que nos planteemos y en nuestra cultura valoramos lo suficiente el poder de la imaginación. Además este ejemplo me lleva al segundo aspecto que quiero dar a conocer con mi trabajo sobre las emociones y es que la relación de mente, cuerpo y emociones que se entendió desde la medicina hipocrática de ese 25 siglo, si se empezó a olvidar como mediados el siglo XIX y están pensando en recordarse es algo que está ahí y las emociones nos influyen sobre nuestra salud física y mental. Y lo que hacemos con el cuerpo, lo que dormimos, lo que comemos y cuánto, y si hacemos mucho ejercicio llevamos una vida muy sedentaria, tienen un claro efecto sobre lo que sentimos. Vamos a verlo también en el contexto de 1.392, había pasado tres años desde la Revolución Francesa y se inició a una guerra que duraria 23 años, las guerras revolucionarias en apoléónicas. Durante ese momento de la historia de Francia, la nostalgia se convirtió en algo epidémico, fue la mayor causa de suicidios y se escribieron numerosos tratados y artículos sobre el tema y habiendo leído unos cuantos, voy a desifrar lo que me parece a mí que son cuatro factores. Uno es que muchos de los soldados que aparecían en los hospitales, en estado en los estádogicos, muy enfermos, habían sufrido heridas y estaban débiles y malnutridos y esas débilidades hacia sentirse tristes y querer volver a casa. El otro factor es que muchos de ellos luchaban obligados por unos ideales en los que a veces ni siquiera creían era una nación francesa nueva, una república que a veces no entendían. El tercer factor es que en aquel momento de la historia de Francia, un tercero de la población francesa no hablaba francés como lengua madre, |
7:26.7 | hablaba pretón, alemán, vasco o catalán. |
7:30.9 | Y entonces el hecho de que muchos de esos soldados hablan de electos |
7:35.3 | o lenguas que otros no hablaban contribuía a lo que yo veo como cuarto factor |
7:39.3 | en la aislamiento, la solidar y la comunicación. |
7:42.3 | Voy a dar un ejemplo que explica a pocos estos factores. En 1792 un cirujano llamado Mogotela Sachta curó a un soldado nostálgico simplemente pidiendo a otro soldado de su región que tuviera conversaciones con él en las que fueran rememorando vivencias de su pasado y con esto consiguió curarle el soldado recuperó las vanas de vivir y seguir luchando. Y parece ser que el salir de la soledad con las conversaciones y con las rememoraciones de sus vivencias del pasado fue la mejor terapia. No todos los médicos pensaban que la nostalgia era una enfermedad aparte, muchos pensaban que era simplemente un tipo de melancolía, la melancolía desde antiguos, entendía como algo que afectaba a la mente y al cuerpo y que estaba asociado con el miedo y la tristeza. Bueno, pues desde finales de la primera guerra mundial, ya nadie se ha muerto ni de nostalgia ni de melancolía. Estos términos han cambiado de significado. Y como vemos, algunas emociones similares, tienen nombres y matistas distintos, según su relación con el tiempo y con el espacio. En cada época y lugar, conforme cambian a ser constancias y las sensibilidades se han encontrado síntomas diferentes asociados a emociones y se han encontrado también formas de manejar las citerápias diferentes. Por ejemplo, la nostalgia antiguo, la saudade, tienen la sensación de soledad. Y estas dos tienen como un colegio con la melancolía, el sentimiento de ausencia que a veces lleva a el encimismamiento. La melancolía ya empezó a cambiar a manos del soy canalisis cuando le dieron un significado muy parecido lo que hoy entendemos como de presión. En 1917 Freud escribió y publicó un tratado sobre una ocasión a distinción entre el duelo como tristeza ante una pérdida de algo o alguien y la melancolia como una tristeza de más la raro que no tenía causas evidentes. 7 de cada más tarde la secona lista en Linguista Julia Cristeva retomó esa distinción y añadió que a veces ante situaciones de pérdida real o sentido, nos aferramos a la tristeza como si esta pudiera suplir aquello que sentimos que hemos perdido. Y además, ella sugería una alternativa al uso de fármacos antidepresivos, el conectar con imágenes artísticas y compuemas. Según Cristeba, aquellos que tienen demasiada tristeza son incapaces de encontrar el sentido al lenguaje lógico. Y sin embargo, el lenguaje poético con sus ritmos, a literaciones y rimas, puede hacer enganchar el que esta triste y hacerle procesar y superar o transformar esa tristeza. Llega a mi punto de vista, el escuchar música o el escuchar poemas, el lenguaje poético y sus ritmos, nos puede ayudar a entender que las emociones no salgo que llevamos dentro y que expresamos, sino algo que nos ayuda a conectar con otros y propongo un experimento que escuchemos parte de un poema de Rosalia de Castro, de 1884, en el que se alude a la saudade de la mujer de El Emigrante que está a punto de partir y también se evoca a otras emociones que ayudan a contrarrestar esa tristeza. Era la última noche, la noche de las tristes despedidas, y apenas sí una lágrima empañaba sus serenas pupilas. Como el criado que deja al amo que le hostiga, arreglando su atillo murmuraba casi con la emoción de la alegría. Y horar, ¿por qué? Fortunas que podamos abandonar nuestra sumil de tierras, el duro pan que nos negó la patria, por más que los extraños nos maltraten, no ha de faltarnos en la patria jena. Y los hijos contentos se sonrían, y la esposa aunque triste se consuela con la firme esperanza de que el que parte a devolver por ella. Pensar que, a partir de eso es el sueño que da fuerza en su angustia a los que quedan. Pues con este poema quería ilustrar el tercer aspecto de mi trabajo sobre las emociones. Yo las estudió en su contexto histórico y sociocultural y en situaciones específicas |
12:25.4 | en las que la interacción social da forma y transforma las emociones de unos y de otros y eso no se puede recrear en ningún laboratorio. En cuanto al poder de la palabra quería señalar que existe algo llamado Bilioterapia, que por ejemplo en el Reino Unido de Gente que a los hospitales a leer poema de Shakespeare |
12:23.1 | enfermos porque aunque no tengan la capacidad de usar el lenguaje, son capaces de sentir el ritmo de las palabras, de la palabra poética, la palabra hablada. Y en Estados Unidos, por ejemplo, hay gente que se dedica a leer historias de pérdida a niños que han perdido a sus padres para que al compartir ese trauma puedan procesar su tristeza y puedan sentirse un poco menos solos. Bueno, pues termino, volviendo al ahora a una situación específica de este momento. Que hacemos cuando escuchamos que en la frontera de Estados Unidos con México se han estado separando a los niños emigrantes de sus padres. |
13:29.0 | Y cómo respondemos a leer informes sobre las reacciones de tristeza, miedo, angustia e ir a estos niños |
13:37.0 | y los problemas mentales que están teniendo y al saber que entre mayo y junio de 2018 se recetaron fármacos de presivos a 300 de estos niños. Y como nos sentimos al ver a esos otros niños migrantes cruzaron en Mediterráneo, jugándose la vida con la esperanza de mejorarla para terminar encontrándose aquí con la solidar y el aislamiento. Bueno, pues quizás respondamos con tristeza o con rabia. O quizás esta situación nos ayude a cultivar la compasión. La compasión no es una de esas emociones que se sienten sin querer. Va más allá de la empatía y de la sensibilidad. |
14:26.9 | No consiste en imaginarse la tristeza de otro y tenerle lástima para que así ese |
14:34.8 | otro se sienta menos solo, si sufrimos con él. |
14:38.6 | La compasión se aprende, se cultiva, saliendo del anximismo a miento, |
14:45.2 | no dejándonos cagar por nuestras emociones o por las de otros |
14:50.2 | y utilizando la inteligencia para contener los pensamientos negativos, |
14:56.6 | hídolorosos y centrarnos en buscar soluciones conjuntas. |
15:02.1 | Gracias. Si les gusta TED en español, la mejor manera de apoyarnos es compartiendo el podcast con sus amigos. Pueden encontrar todos los episodios en Spotify, en Apple Podcast, www.wentedeneespannol.com. También nos pueden dejar un comentario en la página de Facebook de TDN Espanol. |
15:27.5 | Soy Charri Garbulski y los espero en el próximo episodio. |
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