Comunidad, esto es un aviso especial, por favor quíense el final del episodio porque tengo por ahí algo importante que comentarles una noticia que nos acaba de llegar, que puede ser importante, pero ya el tiempo lo dirá.

Y ahora sí vamos al episodio de esta noche.

Muy buenas noches comunidades, bienvenidos a un nuevo episodio de este su programa, de este lugar donde se reúnen y se cuentan todas sus historias, todas sus experiencias con lupa normal.

Esperamos que disfruten de los relatos de esta noche, son muy buenos, muy diferentes ambos, pero muy ricos en detalles de los contextos donde suceden.

Seguramente cualquiera de los dos puede dar lugar a una nueva recopilación temática, y eso depende de ustedes, de que si tienen una experiencia similar nos lagan llegar también.

Ahora sí, es momento de apagar la luz, dejarse llevar, y entrar a los siguientes, relatos, verá mucho.

Buenas noches comunidades, soy ese llidor del programa de este este tiempo y he querido compartirles una de mis historias, que mejor que escuchar en el ambiente que caracteriza relatos de la noche y compartirla con ustedes.

Esto sucedió en el 2020, en el municipio de Tequila, para ser más precisos, perteneciente a la Sierra de Zongolica, a 30 minutos de la ciudad de Ulisaba en Veracruz,

por mi trabajo de borrecorrer varios municipios de esta región, pero en aquel entonces había establecido una oficina en Tequila, por lo cual debía trasladarme a diario hasta ese lugar.

Siempre me ha gustado recorrer esas sonas montañosas, pues la vista es espectacular, así que no era para mí empezar el viajar a diario.

En ocasiones teníamos demasiado trabajo, pues nos pedían terminar alguna actividad a la brevedad, por lo cual debíamos quedarnos por días o la semana entera trabajando ahí.

Aunque me han pasado muchos sucesos extraños, no tenía temor de quedarme, ya queremos varios compañeros los que permanecíamos en el lugar, el clima es frío, y hubo un momento en el que comenzaron a incumudarme, los ruidos extraños que se escuchaban por las noches.

El inmueble constaba de dos plantas, una de ellas lo ocupábamos para hospedarnos, en una habitación dormían tres compañeras, en otras dos compañeros y en la tercera me quedaba yo.

Cuando se escuchaban cosas extrañas, le mandaba mensajes a una compañera, la cual es muy buena amiga desde 13 años.

A ella le preguntaba si escuchaba lo mismo que yo, y en efecto, ella junto a las demás chicas llegaron a escucharlos mismos ruidos extraños.

Aquellos elementos, aquellos pasos en las escaleras, en la oficina por ejemplo, se escuchaba continuamente que hablaban, y que alguien caminaba de un lado a otro.

Esta zona se caracteriza por ser una región de traiciones y costumbres muy arregadas, un lugar donde se cuenta en muchas historias, muchas leyendas.

Las personas mayores siempre tienen una historia para contarte, y tuve la buena o la mala suerte, de vivir una experiencia que aún no logro explicar.

Recuerdo que una tarde mi amiga se había trasladado a su casa en la ciudad de Orisaba, por lo que me había quedado en oficina con el resto de compañeros.

De hecho, habíamos planeado bajar juntos al pueblo, pero ya que ella se había tenido que ir a Orisaba, decidí seguir con el plan y bajar yo solo.

Me encontraba ya fastidiado de haber estado sentado todo el día, así que tomé un rato para despejar la mente, salir caminarnos no parecía mala idea.

No salí de la oficina y empecé a bajar, nosotros estábamos sobre la carretera zongolica, así que había que bajar caminando al centro del municipio.

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