Tengo de alguna otra parte, es un brillo que no se le pene.

La palabra de Dios relata en el primer libro de Regis, el capítulo 19 y el versículo 19,

dice, partiendo de allí, instablando elías del Profeta Elías, ayúo a Eliceo, el hijo de Zafat,

que araba con 12 juntas delante de sí, y él tenía la última, Eliceo iba con la última

junta de hueyes, o sea, 12 juntas, y pasando elías por delante de él, he hecho sobre él su

manto. Ese manto le vino de sorpresa a Eliceo, ese manto tipifica el llamado de Dios,

y él acepta de inmediato, y allá campias una historia extraordinaria que estoy seguro

que muchos de ustedes han oído, pero nunca como el señor nos la hablará hoy en los minutos

que resta. El segundo libro de Regis contiene un de los episodios más espectaculares de

las escrituras, es la historia de un tour de un embejecido, elías y un siervo jovencito,

Eliceo. Yo le informa elías que su ministerio en la tierra se terminó, Dios le dice, Elías

tiene que buscarte un sucesor, pero elías dice, a ver si dejo en mi lugar a alguien que

no tiene la misma opción, que no tiene la misma pasión, así que elías tiene que buscar

un sucesor, se pregunta si Eliceo lo es, se alegra que Eliceo al recibir el manto lo está

siguiendo, pero todavía falta algunas pruebas, algunas materias que rendir, y se lo lleva

a Eliceo, elías, en una gira imprevista en su último día en la tierra, ya se está

por ir, pero elías todavía lo va a probar y se caen a un sitio llamado Vettel. Vettel tiene

una gran herencia espiritual porque es allí donde Jacob había ofrecido su sacrificio,

pero algo le había pasado esa ciudad en los últimos años, un taljero Boán había

levantado un besero de oro y la ciudad estaba entregada a la idolatría. Había una generación

entera que no conocía Dios, y elías prueba, Eliceo dice, quédate aquí, le está diciendo

predica a estos idólatras, usa el manto, y lo que vino sobre ti cuando estaba sarando

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