Es una bendición acompañarte a ti, papucho, papuchona, en este día vamos a invertir,

te vamos a sacarte la carcajada, porque recuerda papucho, papuchona, si tú, por ejemplo,

está pasando por un momento difícil, recuerda que Dios le dio a las situaciones más difíciles

a sus mejores guerreros y cada prueba de la vida te va a ser mejor y, pues, agrega con

los cimientos, es que no me la floja ese chelegán a paisanos, porque a qué venimos a los

Unidos, esto es lo que dio violín, es el todo mi difícil, a ti, papucho, papuchona, en de qué

manera, o sea, te forzaba tu papá y tu mamá, en qué te forzaba tu papá y tu mamá de morritos,

de te forzaba tu papá y tu mamá, porque tenemos un camarada donde su papá, pues lo forzó,

lo llevó, porque estaba creyendo, debes que hay un morrito sobre esta que no se quieren

peinar los pelos, no, ya han creyendo dos, porque, bueno, ni son roqueros, pero se creen los

batos y hay andanas y creyendo dos, entonces él y siempre el papá, y si mi hijo no te mira

decían, te mira, como estás, pues este papá lo llevó, abrió la puerta de la barbaría o de la

peluquería, abrió la puerta y lo metió y le dio un trancaso y lo aumentó adentro a la peluquería.

El morrito tiene más de 15 años, y los peluqueros le están diciendo al caso a tu papá,

al caso a tu papá, por favor, al caso, entonces el papá lo que quiere es forzarlo para que

así de esa manera pueda cortarse su pelo y que se lo busca bien, el morrito, eso mucho nos

ha pasado, por ejemplo, en una ocasión, sin mamá me dijo, cortaste esa creñas, que no te

ves decente, mira, no más que froteves, dije, bueno, pues está con el pelo, cortito me he

bochido, hay que traer dos trenzas también, te pasaste.

Solo te forzaban también tus padres a cortarte el pelo.

No, sí, no, el marches, especialmente, y lo me forzaban para quitar unos piujos que

a rato me sentaban, y me equidaban los piujos, ahí tú también tuviste piujosa, no me

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