Fábermosa, ya está malito, Pacharca, Torrao Chídico. ¿Qué tal, para divertirlos?

Echa, le gana, Paisano, Paisana, los quiera mucho. Y voy a decirle estar comiendo un bonito que acabo de leer, Paisano, la neta.

Vale, vale, vale.

Mira, cuando mueran, no llores, porque no podré escuchar tu lágrimas, tu lloridos.

¿Cómo seis de lloridos?

No, tu llanto.

Ah, eso.

Tu llantios.

Algo un día, Piole.

Superarás, tu semias.

No me pida, disculpas, cuando yo me muera, pues no podré perdonarte.

No me pidas que llevarme flores, porque ya voy a estar muerto.

No las podré agradecer, y aunque grites allá afuera, tus lamentos no se podrán oír, cuando yo me muera.

Ama, hoy, actúa hoy, porque mañana puede ser muy tarde.

Mira, vamos al meollo.

No, pues, mira.

O sea, no macho.

No te entendí ni papá, ya loco.

Sí, y que cuando no se muere, pa' mucho, no se ahí es muy tarde, que tú le pidas perdón a una persona, que la trate bonito, que hay de flores.

O sea, que lo hagas ahorita en vidas.

Es poca palabra, quiero dar a entender, tú también diges, jechimales.

Me da un coraje que hay gente también, antes de daruda, que tengo que tener paciencia, porque si tengo un martillo te lo reviento.

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