En un momento, durante justamente esta gira, yo suelo reflexionar acerca de la generación

de aquellos que nos estamos yendo y menciono que quienes rondamos los 50, que apenas

estamos rondando tampoco, lo rondamos en mucho, fuimos y seremos una generación como quizá

nunca jamás se vuelva a ver porque somos parte de una edición exclusiva, de un lote limitado,

pero fundamentalmente somos la generación y esta es la razón que respetaba a sus padres,

que oía sus profesores a los maestros, a los abuelos, a las personas mayores, somos la

generación del por favor y el gracias, que eran las dos frases o las dos palabras que abrían

todas las puertas, por favor y gracias, no se nos ocurre a nosotros ni siquiera decirle algo a

un empleado que trabaja para nosotros sin anteponer del por favor y el gracias después,

no importa si le estamos pagando para eso, porque fuimos creados así, desde chiquito nos enseñaron

a abrirle la puerta a las mujeres, les cedíamos nuestros asientos, fueran ancianas o fueran jóvenes,

yo sé que los de Farruco y Justin Bieber Pacano entienden nada, pero les cedíamos el asiento

cualquier dama y actualmente empoz de esta igualdad de género el principio de la honra de ese

tipo de honras empezó a diluir, hay feministas que sostienen que el ceder el asiento a una mujer

es un acto machista, porque supuestamente dicen alegan esto alberga una idea de inferioridad,

de debilidad o desventaja del hombre con respecto a la mujer, o que pienso al darle el asiento que

quizás es una mujer más débil que yo y de ahí que se yo deriva mi necesidad de protegerla,

de considerarla, ciertas mujeres ven en todo eso, en la caballerosidad, en la honra, una práctica de

cortes exista que promueve la idea de la desigualdad de sexos, pero muchos nacimos con una cultura que

modeló la honra, sin posible que alguien joven esté sentado de nosotros viendo un anciano que está

de pie, una anciana que está de pie, o cualquier mujer no necesariamente tiene que estar embarazada,

a los humos y teníamos un momento de rebeldía, los de nuestra generación nos hacíamos dormidos,

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