Te pronto escuché algo, voces, voces que no podría identificar como humanas. Era algo

que nunca había escuchado antes y mis oídos parecien resistirse a reconocerlo. Vía una hilera

de figuras, más a 10, si lo etas que caminaban por aquel sendero subiendo. Material suelo

y seguí observando. No puse identificarlas, solo se vayan negras, muy negras, y parecían

ser pequeñas, parecían ser niños. Bienvenidos y bienvenidos a una novedición de relatos

de la noche. Hoy lo saludo yo de este Bogotá Colombia, ha sido un placer enorme

estar por aquí. Regresamos ya muy pronto, ha sido de México, nubo tiempo de estar

una convivencia como tal, pero les tenemos sorpresas muy muy muy pronto, así que está

en pendientes, si son de por acá de Bogotá. Pero sin más, es hora de pasar a lo que nos

concieron el día de hoy, que son como todas las noches, llevarles a ustedes historias

de horror, experiencias macabras, encuentros con lo paranormal o al menos, con inexplicable.

Si atreves a entrar en las siguientes historias, recuerda, si eres eséptico, agradece que

aún pueda hacerlo porque, más temprano que tarde, tú que estás escuchando, serás

protagonista de relatos de la noche. Ahora que el volquén bocatepe está tan activo

y tan en las noticias, quiero compartir una horrible experiencia que tuvimos por ahí,

hace no mucho tiempo. De hecho, lo puedo asegurar que, ahí en el volquén, hay algo. No sé

si paranormal, no sé si extraterrestre, pero hay algo que va más allá de nuestro entendimiento.

Estuve saliendo con un muchacho que era superfanéptico de ir a campar. En serio, de esos

que esperan toda la semana para poder escapar el fin a algún lugar en la naturaleza, todos

sus amigos son de ese estilo, les gusta lo mismo, pero hay uno en particular que nunca me

cayó nada bien, era muy muy hippie, muy raro, y él nos invitó a campar muy cerca del popo,

donde se supone que ya nadie puede ir. El chico con el que salía, le llamaré Juan,

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