Comunidad muy buenas noches, espero que estén el mejor humor para escuchar historias

de fantasmas, historias de encuentros con lo paranormal.

Quiero contarles que en la segunda experiencia de este noche vamos a utilizar un término

que no es el más políticamente correcto, aunque algunas personas que se identifican así

no les molesta, pero tal vez no estamos hablando de la condición física, sino de algo más,

algo que va mucho más allá, entes, quizás, ustedes entenderán, esperamos que disfruten

de las historias que tenemos para ustedes esta noche, que me disculpen la voz que han

un poco golpeado todavía, recuerden suscribirse para ser parte de esta comunidad, y ahora sí

apaguen a luz que ya están entrando en los siguientes relatos de la noche.

Hace aproximadamente 20 años, realizé mi primer viaje relativamente solo en carretera.

Ahí me tocó vivir una experiencia que aún no logro explicar.

Yo trabajaba como office boy, y todavía bien hasta que mi jefe tuvo que cambiar de residencia,

se mudaría de la ciudad de México a Merida, Yucatán, al extremo sureste del país.

Me pidió ir junto con el chofer de la mudanza para asegurarme de que todo llegara bien y

acepté, era un viaje de casi tres días, era mi primer viaje en carretera en mi familia,

y lo acepté con nervios porque ya había escuchado mucho sobre los traileros y los choferes

de mudanza, pero si me fui, a la aventura.

Y vamos a la mitad del camino cuando la noche se puso terriblemente oscura.

El chofer decidió que paráramos a dormir, estaba muy cansado, y encontró un buen lugar

al lado de la carretera.

Lo que se veía parecía una gasolinera abandonada, o a medio construir, en esa oscuridad,

lo único que podía ver es que parecía estar desolada, sin terminar.

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