Queridos, yo siempre insisto en verle el lado bonito a la vida porque el malo, creo que me lo

sé de memoria. Me conozco muy bien los días grises, me conozco bien las puertas cerradas

en la cara, me conozco esas noches que duran años, me conozco bien la tradición, la

pérdida y la espera sin respuesta. Conozco gracias que nunca llegó. Por eso, yo le alguien que insiste, porque la esperanza o que para

miles de personas es algo ingenuo, para mí es un acto rebelde. Y yo decidido ser rebelde en ese

sentido. Y no porque yo niego la oscuridad, sino porque me niego a quedarme a vivir en ella. Me

explico, por eso insisto, en verlo bonito. ¿Por qué cada vez que lo hago? Hay algo adentro de mi que arde, algo que se salva, aunque me llame en el uso, aunque también me cuesta, aunque el mundo no coopera, porque si la vida me

va a doler siempre dicho que por lo menos me encuentes honriendo.

Queridos, hay algo muy hermoso, muy valiente, en seguir buscando belleza, en medio de la

mierda, en no dejar que la margura te seque las ganas o los huesos o que el desencanto

te quite la ternura, por eso insisto, en ver lo bonito, porque rendirse espacie y a

menos me gusta lo fácil. A mí me gusta lo que transforma, yo quiero

lo que arde sin consumirse, yo quiero lo lo que brillan, que nadie le presta atención,

porque a veces lo que salva, no es lo que pasa, sino como decides mirar lo que pasó,

lo bonito, capísí con eso. Insiste lo bonito.