Bueno esto es acerca de un Cristo negro. Bueno cuando nosotros llegamos a la ciudad de aquí de todo el lugar de 15 años, a 12 de 15 años a vivir.

Entonces, pues nosotros llegamos ventando, ¿verdad? Entonces, no, un familiar de mi esposo,

una familia de mi esposo nos dijo que el día que nosotros aquí le damos nuestra casa

propia, pues no se va a regalar un Cristo. Muy bien, ¿no?

Un Cristo negro, que era para las envidias y que para las malas

libras, etcétera. A manera de protección, ¿verdad, Gris? Exactamente. Perfecto, muy bien,

lo entiendo, Carlos. Entonces, pues ella con toda la buena intención del mundo fue a

a Charma, a en compra de algunos fritos que ya había prometido. Muy bien. Y me compro a mío, me lo regaló, me dijo,

bueno, pues como ya tienes tu casa, pues te traigo tu Cristo negro, como los prometidos de y nos duchó lo lo pusimos en la parte de nuestra sala del lado derecho.

Ahí nosotros lo clavó mi esposo a manera de que no se caliera con lo metió a presión

con unos tornillos muy grandes para que no pudiera estar.

Se afah, exactamente. Bueno, pues todo está bien hasta ahí, hasta que un día ya estábamos en listos para

comer.

Eran como las cinco de la tarde, yo creo.

Sí.

Y nos sentamos todos alrededor de la mesa, pues ya estábamos deshidriendo los platos, etcétera.

Entonces inexplicablemente está yo el Cristo, explotó y la casa se asimbró así como si hubiera sido un tanqueberas, una bomba, no sé.

Entonces el Cristo explota y de repente la cruz se zafa, mi esposo y mi hija ya justamente se habían levantado de la mesa porque yo se

habían sentado a comer antes que los demás y ellos nada se pararon y se sentaron en el sillón

y nosotros los que faltábamos nos empezábamos sentando a comer ll mes. Entonces la cruza es zafa y justamente iba para donde estaba mi esposo

y mi hija. Pero inexplicablemente como que algo la ventó,

la cruz y cayó hacia el otro extremo de la sala, pero volvió a explotar el crezco. Entonces pues todos nos estantamos porque pues escuchamos como

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