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Apertencia. Este programa contiene casos de crimen, apariciones, misterio, conspiración y violencia.

El contenido de estas piezas puede ser sensible para algunos miembros del público. Aconsejamos

discrecián.

Este marzo de 1964. Tres quince de la madrugada. La calle está vacía, oscura, en calma absoluta.

Los únicos estímulos que interrumpen la tranquilidad de la madrugada son algunos motores de autos

que pasan, algunos pasos apresurados, y las pocas luces de las farolas que alumbra en la

calle. Quiti lleno vez estaciona su auto. Baja de él deseando entrar a su casa y acostarse

en su cama unas pocas horas antes de que sea de mañana. Pero algo, o alguien, la detiene

por la espalda. Siente el peso de una persona adulta sobre su cuerpo y el filo de un metal

frío y punzante a atravesarla. Las luces al interior de las casas comienzan a encenderse

tras las súplicas de ayuda, pero nadie hace nada. Las personas solo observan, algunos gritan,

otros permanecen en silencio absoluto. Que así media hora de ataque, gritos, forsegeos

y súplicas de ayuda. Y ninguna acción para frenar este fatídico espectáculo. Quiti

lleno vez muere en medio de la calle, a tan solo 30 metros de la entrada de su departamento,

con tres puñaladas en la espalda y un charco de sangre debajo de ella. ¿Por qué nadie

hizo nada para ayudarla? No sabían que estos podían ser los últimos momentos de vida de una mujer,

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