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🗓️ 3 November 2025
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Si no hemos comenzado el proceso de sanidad, nuestras palabras, acciones y actitudes posiblemente dañarán relaciones; oportunidades, sueños; ideas, herencias y legados. Además, las emociones reprimidas con frecuencia devienen en depresión y ansiedad, volviéndonos personas irascibles y frustradas. Y aunque el proceso de sanidad -el reconocer las heridas y aceptar la gracia del Padre- puede tomar meses, años o décadas, sobre todo en casos de traumas infantiles, su propósito final lo redime todo. Recordemos que estamos dañados, pero no estamos fuera del juego. Nuestro Dios sabe que lo valioso sigue estando intacto dentro de nosotros.
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| 0:00.0 | El 19 de mayo de 2022, un hombre de 45 años llamado Michael Luis, fue operado de la espalda, luego de la intervención, el señor Luis llamó varias veces a la consulta de su cirujano para aliviar los fuertes dolores. Le dieron varias citas de seguimiento, pero Luis siguió culpando a su médico acerca de su dolor incesante, persistente y alegaba de que no lo habían operado correctamente. El primero de junio, desde mis mo años, el señor Luis, se dirigió a los vital de nuevo muy iracundo, pero esta vez armado con una pistola y un rifles semiautomático. Había querido estas armas de manera legal, pero no era un hombre que sus seres queridos o vecinos catalogarían de violento. No obstante entró al hospital y sin mediar palabra disparó |
| 1:05.1 | y mató al médico que lo había operado, a otro médico asistente, a un oficionista, y a un anciano que se interpuso en su camino que solo había llevado a su esposa a una consulta. Luego de perpetrar los crímenes, Michael Lewis se disparó a sí mismo y murió alistante. esa tragedia ocurrió en Tulsa o Clahoma y forma parte obviamente de una oleada de tiroteos masivos a escala nacional que a veces desgraciadamente y desafortunadamente se lo han ocurrido en colegios, en sitios públicos en conciertos. Yo estoy investigando un poco acerca de la vida de Michael Luís antes de su operación. Y todos quienes lo conocían, coinciden que este hombre estaba agobiado por sus heridas de la vida. No me refiero a su dolor posoperatorio, que por insoportable que fuera, yo creo que solo era el último dardo que la vida le había lanzado. Hablo de los daños y heridas del pasado que el caballero llevaba encima y que paralizaban su capacidad de lidiar con los golpes del presente. Su esposa declaró algo como no solo mi marido estaba dañado de la espalda, sino que además cargaba con el efecto residual de sus viejas seridas, estaba herido en su corazón. Se los golpes ocurren, los golpes siempre ocurren. Y cuando ocurren, lo creamos o no, en nuestra respuesta, será sanar o matar. La mayoría de nosotros gracias a Dios, no cogemos un rifle, apretamos un gatillo y asesinamos inocentes, pero te aseguro que si no hemos comenzado el proceso de sanidad de nuestras heridas, nuestras palabras, acciones y actitudes si van a matar. Insisto, no con un rifle se me automático, pero con nuestra manera de ver la vida, de comportarnos, de relacionarnos, por eso es muy importante. |
| 3:05.3 | ¿Qué va a matar? Y bueno, nuestras heridas van a matar relaciones a priori, oportunidades, sueños, futuros, provisorios que Dios tenía preparado, propósitos que ni se diga, una persona herida muy raramente el canse su propósito. Ministérios, ni te cuento, llamados, herencias, legados a nuestros hijos, el daño sin sanar siempre crea un efecto dominó en nuestra vida y en la gente que nos rodea, lamentable y lastimosamente. En el mensaje del domingo pasado aprendimos que el señor nos respite una y otra vez sea lo que sea que te haya pasado, no esto culpa. Lo dijimos muchas veces, fue una palabra o una frase que impactó a mucha gente, me han escrito de todo el mundo diciendo estuve, repitiendo eso una y otra vez, no fue mi culpa, no fue mi culpa, no fue mi culpa. el señor nos ha dicho, no fue tu culpa, siento mucho el daño de lo que te sucedió, pero no fue tu culpa. Luego nos dimos cuenta que todos estamos de algún modo dañado a través de las palabras que nos dijeron, las acciones, la exposición inerente a los que nos rodeaba o el entorno, no cierto, el estar expuesto o el entorno, hace que no estemos del todo sano en nuestra vida adulta. Y todo eso termina por socavar el destino que Dios tenía para nosotros. Y que se ignoramos las luces y los sonidos de la abertencia de nuestro tablero, eso hablamos el domingo pasado, empezamos a perder a priori la sensibilidad de nuestro daño. |
| 4:49.0 | También hablamos que aquello que no transformemos |
| 4:51.3 | será transferido, lo que nos anemos. |
| 4:54.6 | Sí o sí, condición, sí de cuando se la vamos a transmitir a nuestros hijos. |
| 4:59.0 | Sin posible decir yo estoy dañado, pero quiero que mi hijo sea sano. |
| 5:02.7 | Yo estoy engo mucho resentimiento y rencor con mi ex marido, |
| 5:06.3 | pero quiero que mis hijos tengan un matrimonio sano, |
| 5:09.0 | no va a pasar, |
| 5:10.6 | para que ellos tengan un matrimonio sano y saludable, |
| 5:13.6 | uno tiene que sanarse primero. |
| 5:15.2 | No necesariamente recuperar tu matrimonio roto, |
| 5:18.2 | pero sanar la serida del resentimiento. |
| 5:20.8 | Por ejemplo, los pecado de los padres siempre nos moldean |
| 5:24.6 | y nos configuran y tardamos mucho después, entender que todas las cosas son hechas nuevas. Y esas heridas que no han sanado se convierten en dardos o flechas que acaban agureando nuestro propósito. Pero en esta segunda parte de la saga, quiero que continuemos con nuestra terapia, al menos con cinco pasos muy pragmáticos, muy utilitarios, muy fáciles de aplicar, no te voy a complicar mucho la vida. Esto es práctico, son cinco pasos que vamos a tratar de examinar desde diferentes ángulos. Para todos aquellos que nos cuesta sanar, que estamos matando con palabras o con acciones, que estamos hiriendo a gente sin saberlo para todos aquellos que necesitamos un proceso de sanidad intensivo. Número uno, recordando el golpe, el daño número dos, reconociendo el dolor, número tres, dando dos cuentas que eso se nos está cul culo, número 4, siendo humilde para aceptarlo y número 5 o número 5, recibiendo recién ahí la sanidad divina de Dios que depende de él. Entonces, quiero comenzar con la más difícil, la más álgida que es recordando el golpe, el punto del dolor, el lugar de la cicatriz, ese área sensible, del descuido, el lugar de la pérdida. ¿Por qué digo que es la parte más difícil? Porque nos va a costar siempre nuestra comodidad. El domingo pasado yo te mencioné que cuando uno se disloca, un tobillo, se quiebra el femur o tiene algún problema en los huesos, |
| 9:47.7 | aún el quiro práctico te dice, va a doler, el reajustal, el reubicar los huesos va a doler. Si no dice, quiero que no me duele y no vamos a poder reacomodar lo que se desacomodó. Esto es igual. La verdadera sanidad nunca puede producirse en una zona de comodidad. Así que yo estoy consciente que el mensaje, el domingo pasado y este, no es de esos que provoca muchos améns, no es aquello que provoca Nalgarabía, ni Danganada que salganando a bailar así, no dan ganas. ¿Por qué? No, porque no nos guste el mensaje, sino porque sentimos la incomodidad. Hacimos por qué revol ¿Por qué la única forma de sanal? Porque las heridas tapadas nunca curan. Ahora bien, cuando hablo de recordar el golpe, no me refiero simplemente a recordar lo que ocurrió, que eso sería un tema menor, yo estoy diciendo que tenemos que sentarnos de manera intencional frente a frente con la verdad, con las palabras que nos dijeron, las acciones, la situación vulnerable o el entorno que nos hizo, ese agujero en el corazón. No sirve, decir, no quiero pensar, me pone triste, yo se lo deje atrás, porque es una herida que está supurando, que tiene pus, que está putrida, y que determina que no podamos alcanzar el propósito que Dios tiene para nosotros. No sé si te acuerdas que el domingo pasado te conté el momento exacto que a mis cinco años, cinco anitos, que uno dice casi uno no tiene sentido de la... del sentido común, va al que la redundancia de la razón. A los cinco años me juría mi mismo que nadie más iba a ver mi vulnerabilidad. Creo que fue la última vez que recuerdos que llore cuando niño me prometí que iba a trabajar muy duro para transformar en alguien del cual mi papás tuviese orgullos. En primera instancia parece que eso es bueno. Ahora, yo tengo que confesarte que hasta hace una década atrás hace 10 años atrás, nomás yo no sabía que ese fue el momento en cuando yo recibía el golpe. Yo digo, yo soy así, punto. Debo tener un síndrome, más varios síndrome que todavía no me descubrieron. De hecho, si antes de eso, antes de hace 10 años, hubiese dicho que gran parte de mis heridas de adulto eran el resultado de algo que ocurrió cuando yo tenía 5 años, yo me habría reído en tu cara, me decía yo no, mirá si me voy a acordar a mis 30 tantos, lo que me pasó a los 5 y te lo hubiese dicho a mi y tanto, y ahora también, ¿no? Por eso, pero eso fue antes de escuchar a Dios, antes de escuchar mi voz interior y poder finalmente llegar al asunto del corazón. Ahora, yo creo que hagamos silencio absoluto ahora, ya, yo sé que lo están haciendo, pero un silencio intencional y escuchemos. |
| 10:09.0 | Durante los... silencio absoluto ahora, sé que lo están haciendo, pero un silencio intencional y escuchemos. |
| 10:09.5 | Durante los próximos segundos, |
| 10:11.1 | ¿qué será? ¿Quién se hace segundo? No más que eso. |
| 10:13.2 | Yo quiero que esteremos los ojos, |
| 10:16.4 | si pueden hacerlo en casa, me encantaría, |
... |
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