¿Qué tal, amigos? sea bienvenidos al episodio número 65 de la

negrotario de la cotorrisa. Es correcto. En esta ocasión traemos una

segunda vuelta de otro negrotario que únicamente utilizamos en el

live. ¿Ajá? ¿Dónde platicamos sobre experiencias terroríficas?

Exacto. Entonces, o sea, por por meras matemáticas, sabemos que la

mayoría de ustedes todavía no les han tocado negrotas de este tipo.

Entonces, pues les traemos las que no llegaron al live, que igual, igual

está en medio de miedo o me descagar. Bueno, ya saben, o sea, también está muy difícil que nosotros hagamos

que el miedo realmente, de miedo, porque, pues, no sé, es inevitable decir

una pendejada para los que si eran el live, o sea, en la cápsula de Alberto

Elarco Wessis, no mamés, no mamés. Y el comentario es lo o un comentario

que dice, ¡Ay, ya no sentí miedo! Es que lo decíamos como mecanismo de defensa

dice una pendejada, porque si te está dando miedo.

Y todos hemos estado en el cine con nuestros amigos viendo una peli de miedo.

Y esa mamada, ¿qué? Sabemos perfectamente que el que más culo le está dando a la película

es el que más comentario se está dando. ¡Ah, si, si, si, si, hasta que es!

Así, le explota así la cabeza, ¿no?

Por la resulta, ¿no? Y además, aclaramos en que fuera terrorífica, porque si poníamos

donde más miedo ha sentido, ya lo decíamos en el live a llegar un juego, no, cuando me

hicieron que mi mamá tenía que cancelar. Sí, entonces, lo queríamos tan culera.

Qué triste, Hernández, aquí, un bajo 26, pero...

pero, pues, a lo que sigue, ¿no?

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