No de los grandes aprendizajes de la vida es reconocer a las personas que no tienen ningún

interés en comprender, sino únicamente en imponer. ¿A qué me refiero queridos? No

en necesidad de explicarse con estas personas, porque su postura está fijada, no en la búsqueda

de entendimiento mutuo, sino en la afirmación de su propia visión como la única válida.

Lo importante para ellos es vencer.

Uvícalos, por favor, parte de la sabiduría es saber cuándo el silencio comunica más

y cuándo retirarse y alejarse de esas personas y alejarse no como una huida, sino como una

forma de preservar nuestra energía para las conversaciones que fomentan en realidad nuestro

crecimiento. No te obsesiones por hacerle entender al otro. El lígetos batallas con sabiduría,

por favor. No todas las discusiones merecen tu tiempo y tu energía, especialmente con

el propósito de atrás de ella, se centran en la confrontación más que en la conexión.

No todo es un debate, no todas las pláticas tendrán que convertirse en una discusión

acalorada, el silencio y el retiro no tienes por qué verlos como una señal de debilidad

o de derrotas, sino como un acto de fuerza y auto reconocimiento. Saber cuándo alejarse

de una situación tóxica o de un debate infructuoso es una forma, una manifestación de respeto

por ti, repito, conserva tu energía para las áreas de tu vida en donde si puedes hacer

una diferencia positiva. Y para esas personas que siempre quieren imponerles, digo lo siguiente.

El mundo está repleto de diversidad de pensamiento y tuyos y queremos vivir bien aventuradas,

tenemos que encontrar valor en la práctica de la paciencia. Entendiendo que cada persona

es opera desde su conjunto de experiencias, crecias y miedos. Así que acércate a la gente

con una mente más abierta y un corazón dispuesto a encontrar terreno como un incluso intenta

lo en medio de los desacuerdos. Está bien que defiendas tus convicciones, confirmé

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