Una producción de euforia y pitaya.

Algunos pasajes de este podcast incluyen descripciones explícitas de violencia y contenido sexual

que podrían herir la sensibilidad de algunas personas, especialmente la de otras sobrevivientes.

La caricia, el beso, el abrazo, según estudios médicos estas formas de contacto físico

ayudan a combatir el dolor, a sanar enfermedades y a fortalecer el sistema inmunológico.

Son el alimento del alma, pero también el alimento del cuerpo.

Son inspiración de las mejores canciones, son vitaminas, son un huento para las heridas.

Se imaginan un mundo sin besos, una vida sin una mano que les acaricia la mejilla o el cabello.

Yo sí lo puedo imaginar, porque lo viví, porque algo iba a suceder en mi complicada existencia

que dejaría mi piel seca de mimos y de cariños, seca por dentro y seca por fuera,

seca como planta que no se toca y que no se riega.

Porque a pesar de los golpes y las espinas, mi alma busca esas caricias,

las deseaba aunque provenieran de la misma mano que me hacía llorar.

Las necesitaba para curar tanta cicatriz, pero seca me iba a quedar, seca por dentro y seca por fuera,

seca de este amor tan confuso que ni un complejo poema lo puede explicar.

Y mi boca se cerraría todavía más, seca de besos y hambrienta de palabras dulces y ausente de abrazos por toda una década,

como la peor condena, diez años seca.

Para no perderlos en esta extraña normalidad de abusos y caricias de la que nos hablas, recapitulemos.

En la casa de la Academia ya son un matrimonio de cuatro, Sergio Gloria Sonia y tú,

Sergio te ha revalutizado como Mari, adiós a Raquenel.

Tras el episodio de la lata de atún te quedó muy claro que Gloria y tú nunca serán amigas del alma,

pero tendrán que aprender a convivir de la mejor manera y ser compañeras de secretos.

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