Una producción de euforia y pitalla.

Algunos pasajes de este podcast incluyen descripciones explícitas de violencia y contenido sexual

que podrían herir la sensibilidad de algunas personas, especialmente la de otras sobrevivientes.

Dicen que si quieres encontrar a Dios, no lo busques en la salud o en la abundancia

para encontrar, hay que buscar y sólo se puede buscar lo que nunca se tuvo

o lo que un día dejaste atrás o perdiste.

Por eso no busques a Dios en los palacios, en el pódio del ganador,

en las manciones del éxito ni en los templos de almas justas y piadosas.

Por eso buscadiosen la casa de los pecadores y ahí me reencontré con él

en el peor de los lugares bajo lateno el uso de los calabosos más miserables

rodeada de los seres más repudiados.

Aunque realmente Dios nunca me había abandonado ni yo a él, al menos el todo.

Nunca lo había desterrado completamente de mi corazón por mucho que me prohibiera amarlo,

aquel que llegó para gobernar mi existencia, aquel que me condenaba a golpes cada vez

que me oía recitar una oración y se burlaba de mi fe.

No, no elimine a Dios de mi vida.

Pero si lo relegué a un segundo plano sin así quererlo ni pensarlo,

ante poniendo a un simple mortal a él y a su palabra, creyendo que mi amor

lo justificaba todo.

Lo admito con el más profundo pesar.

Dios no me abandonó y ahora estaba en la casa de los pecadores presente

en cada rincón de mi celda esperando a que levantara los ojos y lo viera.

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