sin caos no puede haber cambio y sin cambio no hay evolución

este es un recap de lo más profundo y valioso de uno de mis episodios favoritos del podcast espero que lo disfrutes la maternidad y la paternidad nos invitan todo el tiempo a trabajar en nosotros y en esas reacciones primarias que nos transmiten muchas veces nuestros hijos desde momentos emocionalmente duros. Uf, como si se nos contagiarais, pudiéramos revovinar la película nuestra vida y ser, o no, el adulto que nos faltó. Exacto. Y es muy difícil hacerlo. Voy, como a explicarte, algo que es rápido, pero que me ayuda a mí mucho a entender y les ayuda mucho a mis alumnos a entender

cómo funciona el cerebro y por qué pasa eso.

¿Por qué queremos como herramientas prácticas o sea que sí no soluciones? Entonces digamos que el cerebro es como está manito. Aquí es el tallo cerebral que es donde se regulan las funciones de supervivencia sobre las que no tenemos control, respirar, para pagar todas las cosas las hacer cerebro de forma automática. Luego tenemos aquí nuestro sistema límbico que es el sistema emocional.

Esta sistema límbico... no tenemos control, respirar, tragar, parpadear, todas las cosas las hacer cerebro de forma automática.

Luego tenemos aquí nuestro sistema límbico que es el sistema emocional. Este sistema límbico tampoco lo controlamos. Por eso muchas personas ante el peligro Ugen, otras se paralizan y otras tienden más atacar. Este sistema tampoco lo controlamos y por eso muchas personas Ugen atacan o se paralizan en el momento de un peligro. Además, esta sistema tiene una particularidad, y es que como que se liga a nuestra memoria.

Por eso, cuando estamos como con rabia, nos acordamos que, además, esta persona no fue de tallista en este momento y decimos cómo, pero porque se viene todo eso cuando estamos bajo una emoción. Entonces, estamos como a la defensiva. y este sistema límb es el que nos ha hecho como evolucionar, como especie.

O sea, si este sistema límico no podríamos responder a los peligros que afuera y digamos que inicialmente nos protegía de tribus que nos invadían en nuestras cabernas o animales que nos atacaban, pero ahora pocas de esas estímulos o peligros que dan, sin embargo, nuestro cerebro sigue actuando igual. Entonces no tienes un león detrás, pero tienes un niño llorando.

Es ese cerebro igual. Siente que...

Uye que se tiene que paralizar o tiene que atacar ese niño como se da. Ahora, tenemos una tercera parte que es la neocortesa y es como nuestro cerebro hermoso, pensante, creativo, analítico que tiene soluciones inteligentes. Este cerebro tiene una condición para que actúe, solo una y es estar en calma.

¿Por qué? Si tú no estás en calma... que tiene soluciones inteligentes. Este cerebro tiene una condición para que actúe, solo una y

es estar en calma. Porque si tú no estás en calma, entonces estás actuando bajo tu sistema límbico, entonces estás pensando en huir, atacar o paralizarte. ¿Qué pasa? Que además del cerebro tiene las neuronas de espejo, que como su nombre lo dicen, como que reflejan en los demás, las emociones que tú sientes. Entonces cuando tú te vas a enfrentar a una pataleta de tu

hijo es como una batalla tú sientes. Entonces, cuando tú te vas a enfrentar a una pataleta de tu hijo,

es como una batalla de cerebros. Entonces, el de tu hija está así en sistema límbico, está en no lo que era, lo que sea. Y el tuyo está en calma, como, acuerdate cerebro de esta capítulo de la maje alcaos para poder enviar esta situación. Y entonces tú vas a la encuentro y lo que empieza a pasar es que tu hijo empieza a detonarte.

Entonces empieza, no, y lo que empieza a pasar es que tu hijo empieza a detonarte.

Entonces empieza, no, no sé qué, empieza a critar, empieza a dirte mamá, tonta, no te quiero. Y lo que hace tu cerebro es que empieza a reflejar la emoción de tu hijo hasta que tú terminas diciendo, OK, vete a un orfanato, estoy de acuerdo. Y después dices como, ¿cómo fui capaz de decir eso?

Es un tema de espejo.

Ahora, esto funciona al contrario. En el mismo escenario, tú empiezas a contener físicamente. Empiezas a decirle, aquí estoy, está segura, wow, qué feos de siente cuando tenemos rabia, tienes toda la razón, a mí también me da rabia que me digan que no, yo ahora aquí estoy para estar contigo y sostenerlo. Y ese cerebrito poco a poco va apagando esa alarma de que hay que huir, atacar o paralizarse, y simplemente se pone en calma. Además, esto del espejo que sucede, que nuestro hijo empieza a comportarse una manera y eso hace que de la misma manera hace que nosotros nos rebajemos a su edad. O sea, yo he cachado muchas veces tanto a mí misma como otros personas que te ponen salto por tú con tu hijo de cinco años. Y entonces son dos niños de cinco años peleando. O sea, tú te rebajas, cuando tú tenías cinco años y por eso lo ves a veces tan amenazante. Y es como es posible que un niño de cinco años me amenace de esta manera y me haga sentir miedo,

me haga sentir angustia, me haga sentir como que me impone, ¿no?

¿Cómo te puede imponer esa manera un niño en cinco años? Veas porque nos rebajamos a su edad, ¿no? Claro. ahí donde se siente un abandono, los niños sienten que entonces donde está mamá, donde está papa,

porque tengo nada más como estos amigos que me dió, me cuida, pero que cuando yo me pongo grabé,

nadie me contiene y la mayoría nosotros crecimos así. No teníamos adultos responsables, que contienen, que son este espacio seguro donde tú te puedes recargar al 100% sabiendo que tú no eres peligroso para esos adultos. En cambio, crecimos, sintiéndonos que nuestras emociones son muy peligrosas y que nadie nos las pueda aguantar ni contener. Así es.

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