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🗓️ 21 August 2023
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Los talentos y dones que el Señor nos ha dado -y todos hemos recibido alguno- no sirven de nada sin un buen par de agallas. Sea lo que sea que se nos haya entregado, tenemos que correr riesgos para usarlos para Dios. Sin embargo, a veces permitimos que sean nuestros miedos los que dicten nuestras decisiones o, lo que es peor, tenemos tanto miedo de tomar una decisión incorrecta, que nos paralizamos y no tomamos ninguna. Si queremos multiplicar y negociar los talentos que Dios nos regaló, necesitamos salir de los cómodos confines de nuestros guetos cristianos. ¡Cuando el Señor nos llama siempre es difícil, siempre es arriesgado, y siempre nos obliga a crecer!
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0:00.0 | Cuando abandoné los estudios secundarios para decirle un modo fino, allá por el año 1983 |
0:21.5 | cosa que no quiero que los jóvenes respitan tienen que estudiar y terminar, pero no viene |
0:25.4 | en el caso por lo cual no termine, allá en el año 1983 yo tenía apenas unos 15 años |
0:31.6 | cuando dejé de estudiar, mi padre me dijo que si no iba a estudiar entonces tenía que ir |
0:37.1 | a trabajar, dijo no quiero vaguos en mi casa, si usted no va a estudiar quiero que aporte |
0:43.5 | para la comida aunque sea y para el techo, entonces el primer año trabajé en una carpintería |
0:48.4 | muy grande, cuyo dueño era un hombre muy serio, muy parco, un tal cacha tobre, quien era |
0:56.6 | hermano de un famoso brigadier, un militar que había sido el intendente o sea el alcalde |
1:01.3 | de la ciudad de Buenos Aires, el segundo año de trabajo, yo ya tenía casi 17, trabajé |
1:09.9 | en una carpintería más pequeña, que era la carpintería donde mi padre era el que |
1:15.4 | patas, o sea dos años estuve en la carpintería, en una carpintería grande al principio |
1:18.9 | y una más pequeña donde mi papá era el que patas, suele encargado, el que gerenciaba |
1:23.0 | la carpintería y en ambas carpinterías hice el mismo trabajo, trabajaban las máquinas, |
1:29.0 | ayudaba a cargar las grandes digas de madera, aspiraba a ser rin en cantidad industrial y |
1:36.0 | los dos trabajos eran casi idénticos con una única excepción, una que resultaría ser |
1:43.0 | clave, yo detestaba a la primera carpintería grande, pero me entusiasmó trabajar en la |
1:48.9 | segunda, cuál era la diferencia, que el dueño de la primera cacha tore nunca me dirigió |
1:55.0 | la palabra, yo era un chiquito, cada mañana llegaba muy serio a sus oficinas que estaban |
2:00.2 | a la entrada del enorme Galpón y se encerraba allí durante horas y lo único que yo sabía |
2:06.6 | de él es que era el hermano de un militar famoso y que era muy exigente, no puedo decir |
2:13.8 | que el nombre malo necesariamente, pero apenas arribé como novato a esta carpintería, |
2:20.7 | un viejo empleado me advirtió, me dijo si arra la boca, a tu trabajo y mantente alejado |
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