El siguiente capítulo no se recomienda para niños o personas impresionables. Muy buenas noches a todos, mi nombre es Fepo. Por favor, apaga las luces y acompáñame a escuchar estas increíbles y terroríficas historias que han llegado al correo de podcasts para normal. La siguiente historia con evidencia la manda nuestro amigo Marcos Felipe se titula los muebles que se mueven. Buenas noches, Fepo. Me llamo Marcos Felipe. Para ponerte en contexto, te diré que mi familia se dedica a la fabricación de muebles. Tenemos un taller y cabe decir que el taller está muy tapado, no corre aere ni nada por el estilo. Dicho esto, te cuento que el día 8 de abril de este año 2022 a las 7-12 de la mañana ocurrió algo que a mi familia y a mi nos dejó sorprendidos. Nos cuenta un trabajador que entró a la siete de la mañana y que de la nada un mueble se movió y además se cayeron algunas cosas. Mi papá sabiendo que eso es imposible revisó las cámaras de seguridad y efecto, se puede ver como un mueble pesado, se mueve de la nada, también como caen unas hojas de triplai. Te mando el video para que tú y la comunidad para normal lo vean y nos puedan contar su opinión.

Si estás manejando mientras escuchas esto en Spotify, recuerda que ahora se cuenta con video.

Así que por favor, detente un momento y observa esta increíble evidencia. I'm not sure if I can do it. I'm not sure if I can do it. I'm not sure if I can do it.

I'm not sure if I can do it.

I'm not sure if I can do it. I'm not sure if I can do it. I'm not sure if I can do it. I'm not sure if I can do it. I'm not sure if I can do it. I'm not sure if I can do it. I'm sorry. La siguiente historia no las envía a nuestro amigo Ángel y se titula mi amigo es Cúbi, mi abuelita se había ido a

reglarnos papeles a la ciudad así que yo me quedé solo cuidando la casa, asegure las puertas y las ventanas y una vez hecho esto me acosté a dormir. Te voy a matar.

Salda ahí que te voy a matar.

Escuché una bosta herorífica. Me levanté y busqué a mi alrededor. Pero no había nadie. Sin embargo, escuché que afuera de la casa. Alguien estaba rondando. Sé que estás ahí. sal que te voy a matar. En ese momento vié en mi habitación a mi amigo Escubi. Crité con demasión. Escubi, amigo, él se acercó, puso sus patas sobre mis hombros y me lambió la cara. Fue un momento muy feliz, pero imposible. Tiempo atrás, tuvimos que dormir a Scubi. Ya que era un perro muy viejo y estaba sufriendo al final de su vida. ¡Salda ahí que te voy a matar! Los gritos continuaban en el exterior. Mi perro comenzó a ladrarme. No sé cómo explicarlo. Yo sabía que él intentaba despertarme. Desperté empapado en su dor. Y vi mi reloj. Era en las 3 de la mañana. Escuché esta persona afuera. Se iba gritando. Te voy a matar. salde ahí que te voy a matar. No había duda, la persona estaba gritando desde fuera de mi casa. Me asume con cuidado por las ventanas, pero no había nadie. Hubo un momento de silencio, todo estaba en calma. me acosté nuevamente. Ví la sombra de una persona pasando por la ventana. Te voy a matar, ¿sabes que te voy a matar? Recorde mi sueño cuando mi perro me la daba. Sentí que estaba tratando de protegerme. Quería que me defendiera. Me arme de valor y grité con todas mis fuerzas. Ya callate o yo te mataré a ti, la persona o lo que sea que eso era, dejó de gritar. Solo vi su sombra, pasar una vez más por la ventana y luego, todo quedó en silencio

Escúbi, mi viejo amigo, me había protegido esa noche como lo hizo cada noche durante 15 años cuando aún estaba con vida La siguiente es una breve evidencia en fotografía. ¿Qué pasa cuando morimos? Realmente dejamos de existir. Ángel de Guadalajara Jalisco nos manda esta fotografía con la siguiente historia. Hola FEPO, te envió esta fotografía. Fue tomada por unos amigos cuando fueron a visitar el pantheon inglés en real del monte y de algo. Cuando ellos subieron sus fotos a redes sociales, no se habían dado cuenta de que en esta fotografía, al fondo, detrás de mi amigo, había una mujer con una niña pequeña. Cuando les hice la observación, se sorprendieron y me comentaron, no había gente y mucho menos, una mujer con una niña. Ustedes juzguen la evidencia. La siguiente es una historia que nos manda a nuestro amigo, Seus Varón, titulada los Channeques. Para todos aquellos que no sepan que es un Channeque les voy a explicar brevemente. En muchos lugares hay leyendas y historias, de seres, pequeños, que parecen humanos, pero no lo son, se les conoce como duendes. Y en algunos lugares, aquí en México, se les conoce como Chanéis, pero estos tienen una particularidad. No son duendes, son algo más. Escuchemos la siguiente historia.

En vacaciones de verano, siempre íbamos a la casa de mis abuelos, que se encuentran costa grande, guerrero, para hacer exactos en colluca de benites, En un de sus localidades conocida como la Laja.

La casa de mis abuelos está rodeada de huertos de cocos y tienen muy pocos vecinos. En aquella ocasión estaban mis dos sobrinos, Fernando de la misma edad que yo y Rodrigo, el menor. Llevábamos un par de días ahí y como de costumbre, en esos tiempos, todos los adultos se iban al mercado de colluca, por lo que todos los niños y jóvenes nos quedamos en la casa jugando. Mis sobrinos y yo nos quedamos afuera en el patio del antero y mis hermanas dentro de la casa principal. Ellas encerraron y no nos habrían la puerta para que no las molestáramos. De tanto jugar nos dio sed, así que mandamos al menor por agua, a su casa que se encuentra en el patio detrás. No hay que recalcar que las casas por esta parte del estado suelen ser muy amplias y sus patios con mucha vegetación. Algunas casas como estas se conectan por un patio que es muy grande. De repente empezamos a escuchar guiritos de ayuda de Rodrigo, el menor Fernando Fernando y yo, que estábamos sentados en una barda del patio del antero, y que ya llevábamos un buen rato platicando, corrimos a ver qué pasaba. Pensamos que era un drama o una broma, pero cuando cruzamos el callejón y llegamos a la puerta de su casa, nos la cerraron de golpe. Al hacer mucho calor allá, las ventanas son grandes y pesadas. La altura también es considerable y estas ventanas se cerraron solas. La puerta trasera también estaba cerrada, como si del otro lado, alguien estuviera jalándola. De un momento a otro, yo me encontré solo. Y pedía ayuda a mis hermanas que estaban dentro de la casa. Al salir, ellas escucharon lo mismo que yo. Dentro de la casa, se escuchaba un grupo de personas, descalzas que corrían tras mi sobrino, persiguiéndolo de un lado a otro. Mi sermana si yo no sabíamos que hacer y recordamos que un primo mayor de 18 años aproximadamente, que era vecino, tampoco había ido al pueblo, y corrimos en

Soxilo. Volvimos con el a la casa, en donde estaba pasando todo, y las puertas, aun, no se podían abrir. Así que decidimos romperos cristales, o abrir la puerta, de cualquier forma, compimos una ventana para poder entrar y de inmediato la puerta de la entera y trasera se abrieron. Mi primo menor dentro de la casa tenia en sus manos restos de una sustancia verde y blanca pegajosa parecía excremento de ave.. Mi primo salió de la casa y no podía balar bien. Solo nos dijo que fueron cinco chaneques que le estaban pegando y que no dejaban que abrieramos la puerta, salieron por la puerta trasera. Él tenía rasguños siguelpes por todo el cuerpo. Mi abuelo los vio y confirmó que sí eran chaneques, pero no quiso meterse, porque él sabía que ellos tenían la fuerza de diez hombres, y al ser mayor no quiso resgarse. Cuando llegaron los adultos, les contamos lo que había pasado. Las descripciones de estos seres, que mi primo había visto, eran espelos nantes. No tenían pelo, nivelo, ni cabello, eran altos y flacos, algunos eran medianos, con un brazo más grande que el otro, y otros eran pequeños. A partir de esa ocasión pasaron cosas extrañas y pude ver la sombra de un chaneque. Este chaneque me observaba en la noche mientras creía que yo dormía. Desde aquel día, mi primo y yo quedamos marcados por siempre.

Nunca volvimos a jugar en esa casa.

Y cada vez que nos decían que era la época de vacaciones y había que regresar y inventamos

cualquier pretexto, nadie quería volver a ver a esos terribles chaniques. La siguiente es una evidencia con una pequeña historia. Ten mucho cuidado cuando la veas. Te aseguro que es absolutamente terrorífica. La envía, Carina y Barra desde León, Guanajuato. Una persona que yo conozco llevó a su hija a los juegos de un restaurante muy conocido. Le tomó una foto en el tobogán, pero... alguien más sale con ella.

Cuando la niña dejó de jugar,

y llegó con su mamá,

está le preguntó.

¿Quién es esta persona?

Y la niña le dijo,

es Beto,

pero Beto...

...