El siguiente capítulo no se recomienda para niños o personas impresionables. Muy buenas noches a todos, mi nombre es Febo. Por favor apaga las luces y acompaña me escuchar estas increíbles y terroríficas historias que han llegado el corran de póticas para normal la muñeca barbará la siguiente historia la envía nuestra amiga Fatima Alejandra, Estefania del Ángel Suárez. Hola, Fepo. Estoy muy emocionada por poder contar una de las historias de mi vida en tu podcast. Mi esposo yo, siempre nos desvelamos bien, no se encantan todos los temas de los que hablas. Bueno, si más prémulo, esta es mi historia. Ocurrían el año en 1992, cuando yo tenía 12 años. Mis papás decidieron confesarme que Santa Claus no existe. Lo recuerdo como si fuera allá. Mis papás llegaron y me dijeron hija, Santa Closno existe Así que te vamos a llevar a que escogas sus juguetes los que quieras pero por favor deja de llorar La verdad sí sentí muy feo porque hasta la fecha que soy una mujer de 43 años sig sigo creyendo que Santa Clos existe, pero te lo contaremos adelante. En mi familia, mi abuela, mi tía, mis hermanas, mi madre y yo nos dedicamos a la lectura de cartes. Somos brujas como en el pueblo nos dicen. Aquí en tan pico tamablipas hay una tienda que cuando va a ser

navidad, ponen un castillo de juguetes. Ahí nos llevan a todos los niños a escoger nuestros regalos para que Santa Claus no los traiga. Pero esa navidad yo iba a escoger muy regalos, ya que sabía que Santa Claus no existía. Entonces mis papás me llevaron a la tienda. Llegamos ahí, y en cuanto bajé las escaleras, y una muñeca muy bonita, que se llamaba Barbara. Es una muñeca, del tamaño de una niña aproximadamente, mide un 20. Yo me enamoré de la muñeca inatamente. Escojí exactamente la que yo quería. Nos fuimos a la casa y pusieron mis regalos en el pino. Nosotros pasamos la Navidad en casa de mi abuela. Así que nos fuimos para casa de mi abuela y al siguiente día cuando regresamos a mi casa, abrimis muñecas.

Párbara, la que tanto me había gustado,

y me puso al jugar con ella.

Llegó la noche,

ya como de mis muñecas en la cama,

para poder acostarme con ellas.

Yo ya tenía una muñeca,

que se llamaba azul-carmina,

muy viejita,

pero siempre estaba conmigo. nos fuimos a costar y nos dormimos, ya entrada de noche, de repente siento que me cachetean y que me falta el aire, al abrir los ojos, después de las cachetadas, veo que la muñeca, barbará, está sentada en mi cuello y me está pretando con sus manos los cachetes

no me podía mover ni hablar. Con toda la fuerza de mi alma y mi cuerpo, pude mover una de mis manos. Y al cansar tocar a mi mamá, ya que ella dormía en la cama de arriba, La tomé de la mano, pero no muy fuerte.

¡Epronto!

Volc... Ya que ella dormía en la cama de arriba, la tomé de la mano, pero no muy fuerte. De pronto, volteo hacia el otro lado y veo que todas mis muñecas estaban rotas, partidas a la mitad. Y mi azul carmina estaba sin cabeza. Volvía a tocar a mi mamá y ella al fin se levantó. En ese momento la muñeca barba se cae. Mi mamá me empieza a regañar porque todas las muñecas estaban rotas. Yo le expliqué lo que había pasado pero no me creó. Me dijo que yo estaba loca y que por qué había roto las muñecas. A la siguiente día, guardé a la muñec a barbarar en su caja y jamás la volví a sacar de ahí. La metí en el closet, debajo de muchas cosas. Por las noches escucha un sonido que provenía de ese lugar, como si fueran rasguinos. me aterraban cada vez que lo soía.

Años después regalé la muñeca a una niña que cumplía años, porque no teníamos para el regalo, esperando que esta muñeca no le fuera a ser daño a nadie, pero esto no fácil. Muchos años más tarde me encontraré la niña que llevó una mujer adulta y la saludé. Y por supuesto que entra la plática, salió a reducir la muñeca. Ella me platicó que la muñeca, que yo le había regalado, se levantaba en las noches y las ia cosas feas. La obligaba a dormir debajo de la mesa del comedor. La amenazaba con cuchillos, horraro que parezca. Y cuando la mamá de la niña le compraba ropa nueva, primero la tenía que estrenar la muñeca, porque si no, se enojaba y hacía cosas malas. De igual manera, la niña tuvo que hablar con su mamá para decirle lo que estaba pasando, porque ya no dormía y no comía, del terror que tenía la muñeca. Me cuenta que tuvieron que quemarla y cuando le estaban Y cuando le estaban quemando, la muñeca se ha chillido. Como cuando están notando el cuerpo. Quemar a la muñeca costó mucho trabajo. Y cuando por fin, lograron que si hicieras en Isas, se vieron cuenta que esa muñeca guardaba un demonio y al quemarla solamente quemaron el embase, pero el demonio quedó suelto, pero esta vez muy lejos de mí. Don para normal. Hola, soy de Tepig Nayarit. Soy un joven actualmente normal con una vida normal. Trabajo en el ejército mexicano, y quiero contarte mi historia.

Es un historia real. En la actualidad, todavía sobrevivo, y existo con dificultades. Después de esto. El otro lado existe, lo paranormal existe, los fantasmas existen, y sobre todo la maldada. y está en el día a día,

compitiendo contra uno.

¿Por qué lo menciono? ¿Por qué lo vivía en carne propia? Vivo en un rancho alejado de la ciudad. No es un rancho que conviva con historias de fantasmas o que tenga leyenda a sus ¿Estoy respira normal? No. Pero mi travesía, comienza ahí.

Después de un baile popular. o que tenga leyenda a sus historias paranormales. No. Pero mi travesía comienza ahí.

Después de un baile popular, a altas horas de la noche.

Yo, con 11 años y un primo hermano, de 9, de regreso a casa,

justamente a las 12 de la noche.

...