Necesitas la aprobación de las demás personas para entender que hiciste algo bueno?

Necesitas muestras de afecto con estantes de aquellos que te quieren para sentirte seguro en una relación?

¿Te sentiste alguna forma abandonado o nada cada vez que tu pareja?

¿Sale con amigos, amigas o te pide de un tiempo para estar a sola?

¿Sufris celos en tu relación? ¿Te cuesta abrirte a nuevas personas y mostrarte tal cual sos o salirte

de tu espacio de rutina? Bueno, detrás de todas estas preguntas está la importancia de

la pego. Y no, el apego no es algo negativo como sobre escuchar últimamente por todos

lados. El apego en su justa medida es necesario. De hecho, que nosotros estemos en este momento

acá, yo hablando y ustedes se escuchando, es porque existió en nuestras vidas el apego.

Los seres humanos y la mayoría de los mamíferos podemos sobrevivir gracias a que existe

otra persona para cuidarnos. No sobrevivimos si no existe un cuidador, una cuidadora. Es decir que estamos vivos gracias a que

tuvimos un lazo de apego con otras personas que nos cuidaron y garantizaron nuestras necesidades

básicas. El apego es la base en la que el niño o la niña construirá la casa en la que vivirá

el resto de su vida, tanto de adolescente como ya de adulta.

Pero ¿qué pasa cuando los cimientos de una casa son débiles? Quizás se vengan abajo,

haya problemas o haya que hacer reformas. Bueno, lo mismo pasa cuando nuestro estilo de apego

no fue saludable. Si nuestros cimientos son débiles, probablemente ante cualquier contratiempo que la vida nos presente, nos vendremos abajo. O los mecanismos de adaptación,

que tenemos, no nos van a alcanzar para resolver este problema.

Entender el apego y sobre todo como fue nuestro apego, nuestro propio elazo de apego,

es fundamental para entender por qué hoy nos

relacionamos de determinada manera con las personas que queremos y por eso es

tan importante porque no es algo del pasado y ya sino que todos los vínculos de

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