Queridos, ¿cómo están? Un gusto saludarles, sean bienvenidos a un episodio más de Inquebrantables.

Mi nombre es Daniel Javier y como siempre, bueno, pues es un verdadero gusto y honor servirles.

El día de hoy tenemos un poeta de las canchas. Es un amente brillante que anticipa a los marcadores

y que es capaz de colocar con precisión quirúrgica los pases más inverosímenes del fútbol.

Su esquizita surda le ha hecho merecedor de una bota de oro, así como un trofeo bravo.

Y también se ha convertido en un ídolo en su país.

Hace esospirar a millones de fanáticos con su fútbol preciso y delicado y a millones de fanáticas con su personalidad y prestancia.

No había dejado de ser un niño cuando ya se codeaba con la realeza de lo alón.

Con sus botas se dieron los pasos que llevaron a su país al pedaño más alto al que ha llegado en un mundial.

Nos acompaña uno de los deportistas más agaces de América Latina, uno de los colombianos que ha llevado el brillo de su país a lo más alto.

Uno de los consentidos de la tricolor y querido James Rodríguez.

¿Cómo estás, hermano?

¿Cómo estás? Muy bien, muy bien. Gracias a Dios.

A ver estar acá contigo.

Gracias, papito. Muchas gracias.

¿Qué gusto? ¿Qué gusto saludarte?

Este te veo pulcro como siempre querido.

Siempre bien vestido, siempre bien peinadito.

Usted es muy puntual, ¿eh?

Siempre. A mí me gusta hacer punto al siempre.

Y ante las cámaras hay que estar bien, ¿no?

Es el sueno siempre.

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