Bienvenidos una vez más a mi podcast, Ana Patricia, sin filtro y el día de hoy.

Bueno, como siempre, en cada episodio estoy abrindo a mi corazón y estoy hablando como

ustedes les gusta, sin filtro y es que el tema de hoy ha dado mucho de qué hablar y

definitivamente estoy segura que todavía va a dar más de qué hablar.

Pero así es la vida, hay que tomar decisiones, hay que tomar riesgos y sobre todas las

cosas, hay que hacer las cosas sin miedo y por eso estoy aquí contigo que siempre me

has abierto el espacio en tu corazón, en tu hogar a través de los programas de televisión

en tus redes sociales y por supuesto en este podcast donde siento yo que me puedo soltar

que me puedo, pues ahora sí como sentir familia entre amigos que puedo hablar, sin

medir el tiempo, sin estar preocupada porque yo sé que todas las personas que vienen

a escuchar a mi podcast, lo que quieren es sentir una amiga, una amiga que se siente

en muchas ocasiones, igual que tú, en ocasiones, bueno, no sirra de la felicidad, la

alegría, en otras no sentimos mal, todas las personas tenemos problemas, pero bueno, vamos

a entrar ya de lleno a esta plática y si he regresado a la televisión, como le están

escuchando, yo creo que muchos se podrán sorprender como cuando anuncié mi retiro hace

ya nueve meses, el tiempo pasa volando y aunque en realidad no es tanto el tiempo de esta

pausa en la televisión, como yo en algún momento pensé que quizá podría haber sido, pues

surgió una oportunidad de regresar y definitivamente tomado la decisión, como ya he dicho desde

el amor y no del miedo, siempre con la guía de Dios poniendo ante todo a mi familia,

tomando en cuenta a mis hijos, porque en un principio obviamente ellos tuvieron mucho

que ver en la decisión de tomar esta pausa necesaria en mi carrera y voy a regresar tiempo

atrás para poner todo en contexto, porque quizá hay personas que pues no conocen de todo

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