Buenas, después de las maravillosas energías y felicidades y alegrías que tuvimos en la

primera temporada de ferías y fiestas de Colombia, después de haber estado en el carnaval

de Barranquilla en las cuadrillas de San Martín, en las fiestas de San Pacho, en el carnaval

de negros y blancos, en el carnaval de Río Susio, después de haber hecho un recorrido

por Colombia, a través de su diversidad de sus fiestas les cuento que empezamos en la segunda

temporada.

Y la segunda temporada tiene los suyos, porque nosotros vamos a hablar

del festival del mononúñez que es con la que vamos a empezar hoy, vamos a hablar del

libro americano de teatro, vamos a hablar del petronio, vamos a hablar de la feria de

las flores, vamos a hablar de la feria de manizales, vamos a hacer más recorridos porque

este país es inagotable en su diversidad, en su música, en su capacidad de celebrar

en su generación de pertenencias e identidades a partir de los grandes festivales y músicas.

Entonces, que ama encantados, que ama regios y queamos cortos, porque quedaron muchos por contar

y eso carratico nos decía no, pero tal y tal, suave, suave, allá vamos. Entonces, bueno,

empezamos la segunda temporada con una experiencia muy gratificante de la primera temporada que hicimos

el año pasado y con una experiencia de apertura hacia todos los sentidos de celebración de la

diversidad, de la alegría, de la cultura, de la música, de las raíces que han sido las ferias

y fiestas en Colombia, también de la manera como se nos han abierto las puertas de las regiones

como hemos recibido tanto cariño de tanta gente que se ha sentido involucrada, representada en el

relato, el año pasado cuando hablamos de la feria de Cali, cuando hablamos de tantas puertas de

la diversidad y con la experiencia de que las ferias y las fiestas sobre un punto de encuentro,

un punto de unión, un punto de celebración de la vida y de la diversidad, como es difícil encontrar

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