Jordi. ¿Qué pasó Marta?

¿Tú en la vida así como por la vida? ¿Tú resas?

Sí, sí reso. ¿Qué?

Es el católico.

Sí reso, sobre todo con mis hijos, porque los enseño resas y resos con ellos no importa,

tengo un hijo de 17 años y en la noche cuando llegamos a quedarnos,

se quedan, le toca en mi casa,

si me acuesto con él un rato,

rezamos, yo me quedo viniendo la tele,

el teléfono y el seduerme o al revés,

con el machito si rezo,

pero fíjate que además de rezar,

no reotanto, va a venir yo a agradezco todos los días. Eso. Todos los días hablo con Dios y digo Dios, gracias por esto, gracias por

que tengo mis piernas.

Vengo corriendo, veo mis piernas y me hice un, en algo de momento me

hizo un reto bien padre, donde, bueno, un reto, si lo más bien,

como un compromiso conmigo, donde durante un mes agradece

todos los días como tres minutos al principio cuando corría y este pero no podía repetir nada de lo que había

dicho un día anterior. Y entonces estuvo padrísimo porque más que un mes agresiendo cosas,

terminara agradeciendo este mi riñones, ¿no? Dijo que gracias a que tengo los dos riñones,

lo agradezco es que no tengo piedras, gracias a Dios que no tengo, o sea, eres un muy padre

porque me fui exigiendo ver cuántas cosas buenas tenía que no había yo detenido.

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