Somos nuestras heridas.

A lo largo de esta temporada fueron pasando muchas cosas que dejaron huellas en mí.

Y que por los mensajes que fui recibiendo vi que en muchos de ustedes también vian.

Entonces, estas semanas te sirvo a ver sobre algunos conceptos importantes para tomar sus devoluciones y profundizar más.

Todos los episodios que hay en este podcast sobre heridas emocionales

generaron mucho debate.

Muchas personas se vieron por primera vez en sus heridas, vieron sus máscaras,

sus patrones, descubrieron por qué se comportan de adultos de determinadas formas.

Tuvieron como ese momento aja de toma de conciencia que tanto me apasiona. La idea del capítulo de hoy es volver a generar ese aja moment en cada una de ustedes.

Claudia, o gente de Bodkas, me escribió hace un tiempo con una pregunta que le surgió después de escuchar el episodio de heridas de la infancia

y quizás muchas personas se preguntan lo mismo.

¿Es posible tener más de una herida. Sí, lo es. De hecho, y acá viene el interesante. Como

cada herida emocional tiene características específicas, esto genera patrones de comportamiento

distintos. Y como podemos experimentar más de una herida, esas experiencias se van entrelazando, dando lugar a patrones de comportamiento que son muy

complejos y únicos. Es como una mezcla de experiencias que hace única a cada personalidad.

A alguien que, por ejemplo, experimentó rechazo, puede desarrollar un patrón de auto-protección, alejándose de las personas, siendo frío y distante

para evitar ser lastimado. Y, si a la vez también experimentó la herida de la traición, a esta

personalidad fría distante se le va a sumar el rasgo de personalidad de ser desconfiado y controlador.

Esta combinación de heridas va a ir moldeando su personalidad.

Cada persona reacciona de manera única a sus experiencias de vida

y la combinación de heridas es única para cada quien.

Es como una huella digital o el aire es del ojo, no hay dos iguales.

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